“En esta ocasión había seis cañones en lugar de cinco, por lo que no había una posición fijada. Al disparar resultó que estaba demasiado cerca y sentí un dolor inmediato, pero pude terminar la actuación incluso a pesar de que sentí que estaba sangrando“, ha dicho Otto en el Facebook de la banda.
El músico añade que al llegar al camerino constató que aquello tenía el tamaño de un pomelo, por lo que acudió a las urgencias de un hospital local, donde fue operado tras comprobar que tenía roto el testículo. Ahora el músico ya está en reposo y puede contar una de las historias más truculentas de toda su trayectoria musical.