César Fornés Berlanga escribió:
Hace muchos años cuando estaba de gira un verano con un cantante famoso en España, fui durante todo el verano el objetivo sexual de uno de los bailarines (Gays) que llevaba aquel cantante y como viajabamos juntos, comiamos juntos y compartiamos hoteles, etc... la historia para mi se hizo bastante delicada y demasiado embarazosa, porque ademas aquel bailarin era intimo amigo del cantante y el cantante a su vez tambien era Gay.
Pues aquel acoso lo tuve que aguantar durante 4 meses casi a diario y ni el bailarin consiguio sus fines conmigo, ni yo me tuve nunca que poner borde con el, porque todas las cosas conviene saber llevarlas con mucha mano izquierda y tambien con el mayor sentido del humor del que seamos capaces.
En mi casa habia dos hijos muy pequeños y un pisito recien comprado y yo no podia haber dejado aquel trabajo por ningun concepto.
Aunque me hubieran acosado 4 a la vez yo no hubiera dejado aquel trabajo
Precisamente por eso el acoso está penado por ley, porque tu no puedes dejar tu trabajo y la otra persona está en un plano de superioridad o influencia... La cuestión no es si se cede o no se cede al chantaje que supone el acoso, sino que no debe existir. Ni mano izquierda ni hostias.
Si lo mismo ocurriera con una chavalita de 22 y un supervisor cuarentón, enchufado por el dueño de la empresa, se dedicara a tirarle los tejos y a gastarle bromas subidas de tono con la idea de que con constancia se consigue (aunque no le rozase ni un pelo) quizás lo tuvieras mas claro... es una situación intolerable vista desde cualquier punto en que queramos mirarla.
No soporto al tipo que va contando a cuantas/os se ha tirado, ni al molesto que entra en tu despacho a charlar cada vez que se escaquea de su trabajo, ni al que me viene con cotilleos de unos y de otros, ni a la tia que está a la defensiva porque cree que por ser tu hombre y ella mujer no vas a saber darle su sitio en la empresa, ni a la otra que cuando la caga dice que le tienen mania, ni a la otra que opina que como tiene un hijo la miran mal en la empresa, ni el otro que le molesta mas que le riña la jefa que que le abronque el jefe, ni el otro que menosprecia a la que está al lado cuando la caga simplemente porque es mujer. Lo que hay que tener son los cojones y los ovarios de saber que coño es un trabajo y que coño no. Yo soy el que entra por la empresa gastando bromas y saludando con alegría cuando mas apretados estamos de trabajo, pero solo eso: cuando voy pasando por un pasillo para incorporarme a mi puesto. Cuando no tengo ganas de currar, me jodo; y cuando tengo problemas en casa, me jodo; y cuando la jefa me abronca "me jodo"; pero que nadie me toque las bolas que los joderé yo a ellos
¿acaso tienen algo que ver con el sexo estas actitudes?
Es malo que te toque un tonto en la mesa de al lado, ya sea hombre, mujer, lesbiana, gay, maricón, bujarra, hetero, machote, macarra o follador.
Para mi era un dato que sobraba en la exposición del problema original de este hilo.