En mi caso tengo un total de cuatro guitarras, dos eléctricas, una strato y una tele, una acústica y una española. Estas dos últimas están muertas de risa acumulando polvo. Las otras dos las toco según me apetece y a las dos les doy bastante vidilla, dentro de que soy amateur y no vivo de ello. Tener una tercera ya me superaría para mantenerlas a punto, cuerdas, limpieza, calibración, etc. Pero por vicio me pillaría una tercera de semicaja tipo 335 con pastillas humbucker y así cubriría también otra paleta de sonidos. Pero ya te digo, con dos eléctricas voy ya bien preparado y no necesito más.
Para dar conciertos de momento solo llevo una guitarra. Como toco una o como mucho dos veces al mes en directo, solo llevo una guitarra con un juego de cuerdas de recambio por si acaso, pero normalmente pongo cuerdas nuevas para los conciertos, por tanto, por mi manera de tocar, es difícil que rompa cuerdas. Será un fastidio el día que se me estropee la guitarra en pleno concierto, por el Jack o lo que sea y no tenga otra de repuesto (me han dicho que ocurre)
Si me tocaran 200 millones de euros a la lotería tendría una habitación llena de guitarras, por simple vicio y coleccionismo. Aunque sé que esto no de la felicidad. De hecho creo que en muchos casos la necesidad compulsiva de adquirir guitarras o cualquier otra clase de coleccionismo está relacionado con una cierta infelicidad e insatisfacción vital. Mientras tienes la cabeza ocupada en la compra de segunda mano, en el foro, buscando por allí y por allá, no tienes que preocuparte de tus problemas de pareja o problemas de relaciones, tu soledad o la insatisfacción de llevar una vida que no quieres vivir. Y a los pocos años la tumba.
Necesito alcohol