Hola, David:
Te voy a explicar una técnica que no es incompatible con nada de lo que te han dicho aquí arriba, todas ellas buenas recomendaciones.
Daré por hecho que tu guitarra está afinada en Mi. Primero empieza pensado siempre en la nomenclatura anglosajona, tienes que familiarizarte con eso desde el principio: afinada en E.
Bien, tu guitarra está en E y en tu traste 12 tienes lo mismo que suena al aire: una escala pentatónica. Visualiza tu guitarra como que está afinada en E eólica, es decir, en Mi menor. Tu guitarra no está afinada en Mi a secas, tu guitarra es Mi (E) menor natural. Sé que este concepto es un tanto peculiar, y que puede sonar osado, pero es así, cuando te lo creas, porque te lo tienes que creer para poder asimilarlo y debes explorarlo por ti mismo, solo cuando lo explores verdaderamente lo comprenderás del todo. Esto te puede llevar todo tu estudio. Pero si comienzas asumiendo que lo que te propongo es cierto, se te hará más fácil y más gratificante que a la mayoría de guitarristas.
Segundo paso: De cada pentatónica, dibuja a su alrededor su escala completa. Ya tienes una escala menor por traste, y si tienes una escala menor, si la comienzas desde su III, tendrás una escala mayor, pero olvídate de las mayores (ahora es cuando los puristas me lapidan). Estamos con las menores.
Tercer paso: De esa menor natural (no quieras correr, empieza por E), si aumentas su VII, obtendrás una menor armónica.
Cuarto paso: Si a esa menor armónica, le aumentas su VI, tendrás una menor melódica, y por tanto, una escala menor de jazz. Este método es el abc del jazz, lo que ocurre es que se enseña de muchas maneras distintas, y no es hasta que llevas tiempo tocando, cuando asimilas que esta es la base del asunto. En el jazz se aumentan IV y V en tonalidades mayores, y se aumentan VI y VII en las tonalidades menores. Si no te gusta el jazz no pasa nada, lo que aprendas vale para todo.
Quinto paso: Cuartas y Quintas, o quintas y quintas, según bajas o subes, llámense ascendentes o descendentes, al final son quintas.
Sexto paso: La séptima. Todos los acordes con séptima: en cuatro cuerdas, en cinco, en seis.
Séptimo paso: Acordes de sexta.
Octavo paso: No te olvides de jugar siempre con notas al aire. Los principiantes se olvidan de las notas al aire y se aferran al mástil con una cejilla que provoca absurdas lesiones, además, al aire hay un sonido pleno e incomparable.
Noveno paso: La primera Blue Note de tu guitarra en MI (E) es Db. Razona como llegas hasta ahí derivando por escalas relativas y semi-relativas, no te lo voy a dar todo mascado. Pero te doy una pista, ese traste 11, el único absolutamente alterado, contiene esa nota, justo en ese traste sob re tu pentatónica, estudia su posición, piensa en la cuerda que te lo ofrece.
Décimo paso: Estudia con papel y lápiz, dibuja el mástil y todas sus notas, visualiza todas las notas en tu mástil y, como si miraras a un piano, ve las alteraciones como notas negras. Y también piensa en bemoles. Habla contigo en bemoles, sobre todo porque tienes que pensar en grande, pero en menor.
Y todos los pasos que tú quieras dar. Y suerte.
Te voy a explicar una técnica que no es incompatible con nada de lo que te han dicho aquí arriba, todas ellas buenas recomendaciones.
Daré por hecho que tu guitarra está afinada en Mi. Primero empieza pensado siempre en la nomenclatura anglosajona, tienes que familiarizarte con eso desde el principio: afinada en E.
Bien, tu guitarra está en E y en tu traste 12 tienes lo mismo que suena al aire: una escala pentatónica. Visualiza tu guitarra como que está afinada en E eólica, es decir, en Mi menor. Tu guitarra no está afinada en Mi a secas, tu guitarra es Mi (E) menor natural. Sé que este concepto es un tanto peculiar, y que puede sonar osado, pero es así, cuando te lo creas, porque te lo tienes que creer para poder asimilarlo y debes explorarlo por ti mismo, solo cuando lo explores verdaderamente lo comprenderás del todo. Esto te puede llevar todo tu estudio. Pero si comienzas asumiendo que lo que te propongo es cierto, se te hará más fácil y más gratificante que a la mayoría de guitarristas.
Segundo paso: De cada pentatónica, dibuja a su alrededor su escala completa. Ya tienes una escala menor por traste, y si tienes una escala menor, si la comienzas desde su III, tendrás una escala mayor, pero olvídate de las mayores (ahora es cuando los puristas me lapidan). Estamos con las menores.
Tercer paso: De esa menor natural (no quieras correr, empieza por E), si aumentas su VII, obtendrás una menor armónica.
Cuarto paso: Si a esa menor armónica, le aumentas su VI, tendrás una menor melódica, y por tanto, una escala menor de jazz. Este método es el abc del jazz, lo que ocurre es que se enseña de muchas maneras distintas, y no es hasta que llevas tiempo tocando, cuando asimilas que esta es la base del asunto. En el jazz se aumentan IV y V en tonalidades mayores, y se aumentan VI y VII en las tonalidades menores. Si no te gusta el jazz no pasa nada, lo que aprendas vale para todo.
Quinto paso: Cuartas y Quintas, o quintas y quintas, según bajas o subes, llámense ascendentes o descendentes, al final son quintas.
Sexto paso: La séptima. Todos los acordes con séptima: en cuatro cuerdas, en cinco, en seis.
Séptimo paso: Acordes de sexta.
Octavo paso: No te olvides de jugar siempre con notas al aire. Los principiantes se olvidan de las notas al aire y se aferran al mástil con una cejilla que provoca absurdas lesiones, además, al aire hay un sonido pleno e incomparable.
Noveno paso: La primera Blue Note de tu guitarra en MI (E) es Db. Razona como llegas hasta ahí derivando por escalas relativas y semi-relativas, no te lo voy a dar todo mascado. Pero te doy una pista, ese traste 11, el único absolutamente alterado, contiene esa nota, justo en ese traste sob re tu pentatónica, estudia su posición, piensa en la cuerda que te lo ofrece.
Décimo paso: Estudia con papel y lápiz, dibuja el mástil y todas sus notas, visualiza todas las notas en tu mástil y, como si miraras a un piano, ve las alteraciones como notas negras. Y también piensa en bemoles. Habla contigo en bemoles, sobre todo porque tienes que pensar en grande, pero en menor.
Y todos los pasos que tú quieras dar. Y suerte.
