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Como se ha mencionado con anterioridad, en la música Jazz se suele recurrir frecuentemente a la consulta de libros que contienen las partituras de cientos de temas musicales que han tenido gran repercusión entre los músicos de jazz. Estas partituras, sin embargo, no son tan detalladas como las que podemos encontrar en música clásica, pues en la mayor parte de los casos apenas contienen un esbozo de la melodía del tema y los acordes de los diferentes compases. Esto nos otorga gran libertad a la hora de interpretar y modificar armonía, melodía, carácter, tempo y voces a voluntad. Por ejemplo, si encontramos en un compás un acorde Cmaj7 pero consideramos que nos gusta más para esa parte otro de Cmaj13 o cualquiera de la familia mayor. Podemos cambiarlo a discreción llevando cuidado, esos sí, de que nuestras modificaciones no choquen con la melodía o con otros músicos tocando o improvisando encima de ellos. De quererlo, podemos también cambiar la línea melódica para adaptarla a los acordes que hemos elegido, podemos crear una melodía totalmente diferente al tema pero con los mismos acordes.
Estas modificaciones son algo muy común en el jazz y dan lugar a multitud de temas derivados de otros, por ejemplo, “Oleo” de Sonny Rollins y “Anthropology” de Charlie Parker están basados en los cambios de “I’ve got Rhythm”, de George Gershwin.
Antes de tratar de realizar estos arreglos, conviene que sepamos analizar un tema tal y como es, pues de lo contrario no podremos comunicarnos correctamente con el resto de músicos a la hora de introducir algún cambio. A continuación veremos diversos parámetros que debemos tener en cuenta a la hora de estudiar un estándar.
Estructura
Empezando por el principio, debemos ser capaces de identificar la estructura de un tema, la forma en la que está constituida. Esto es importante, pues nos ayudará a memorizarlo y a evitar que nos perdamos. Para hacer esto veremos si de una parte a otra hay variaciones más o menos profundas en la armonía o la melodía o si de lo contrario se repiten.
La mayoría de los temas de jazz contienen secciones que se repiten o se parecen, así, podemos encontrar temas de la forma AABA, AA'BA o ABCD entre otras. Conocida la estructura básica del tema podemos modificar al vuelo las secciones, por ejemplo, se está tocando siguiendo la estructura básica y uno de los músicos dice “Doble tiempo en la sección B”, por lo que rápidamente los músicos restantes lo identifican y actúan en consecuencia.
La melodía
Aprender la melodía de un tema es uno de los pasos más importantes, pues es lo que normalmente nos engancha y nos hace querer tocar una canción. Así, recomiendo que a la hora de aprender una melodía lo hagamos en dos octavas y además, debemos ser capaces de cantarla. La mayor parte de los temas tienen letra y es muy recomendable aprender ésta para facilitar el aprendizaje de la canción y de paso enriquecernos con sus bonitas historias.
Los cambios
A la hora de analizar los cambios de acordes que tiene un tema podemos afrontarlo de varias maneras:
Buscar unas tonalidades centrales en torno a las cuales orbitan los acordes de esa misma o de otras de donde se toman prestados.
Encontrar conjuntos de progresiones referentes a un centro tonal II-V-I, I-V-II-VI, etc.
Tratar cada acorde como entidades separadas por no estar clara la tonalidad central.
El objetivo del análisis de estos cambios es conocer el esqueleto de la canción y averiguar que escalas o arpegios funcionan bien sobre cada parte, lo que nos facilitará la tarea de improvisar sobre los mismos.
El ritmo
Antes de tocar una canción debemos de saber no solo el tempo, es decir, la velocidad de la canción, sino también si la canción adopta un ritmo concreto, como pueden ser el swing, la bossa nova, la clave o el funk entre otros. Si no se tiene claro que ritmo adoptar se procederá a estudiar nuestras versiones favoritas de la canción y se tratará de copiar su Groove.
Analizando "Autumn Leaves"
"Autumn Leaves" es originalmente una canción francesa titulada "Les Feuilles mortes" compuesta en 1945 por Joseph Kosma y cuya letra compuso el poeta Jacques Prévert. En 1947 el músico inglés Johnny Mercer escribió la versión inglesa de la canción que pronto se convertiría en un tema muy popular, tanto la versión instrumental como la vocal.
Para el caso que nos ocupa, nosotros solo vamos a ocuparnos de analizar los cambios y la estructura, dejando a la disposición del lector aprender la melodía y buscar un ritmo que le satisfaga. Puedes descargar la partitura aqui
Nótese que en numerosas ocasiones encontraremos partituras transpuestas a otras tonalidades, por lo que debemos tener precaución a la hora de afrontar una canción en una clave en la que estemos poco familiarizados. Es por esto último que los músicos de jazz debemos de manejarnos con soltura en las 12 claves posibles. Una vez aclarado todo esto, pasaremos a analizar el tema.
Para empezar, tras un compás que sirve de introducción y de guía de la melodía encontramos que una primera sección de 8 compases se repetirá de forma idéntica o similar, luego tendremos una parte diferente de 8 compases y finalmente otra de 8 compases donde se encuentra un cierto paralelismo con la sección A, pero la diferencia es lo suficientemente importante para otorgarle su propia sección, por lo que tenemos una estructura AABC
Sección A
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En la sección A nos encontramos en la tonalidad de G mayor comenzando con un IIm – V7 – I – IV que luego modula al relativo menor E con un IIm7b5 – V7 – Im. Otra forma de analizar la primera sección es, dado que todos los acordes pertenecen a la escala armonizada de G mayor menos el B7, consideraremos los tres últimos compases como los grados VIIm7b5 – III7 – VIm, donde B7 se puede interpretar como el acorde V de la tonalidad de E mayor o como un dominante secundario. La forma que yo considero más apropiada es pensar en un IIm – V7 – I seguido del acorde Cmaj7 que actúa de IV de la progresión anterior y sirve de puente, pudiendo interpretarse como IV – VIIm7b5. El acorde VIIm7b5 puede sustituir al V7 y el IV puede hacer lo propio con el IIm, por lo que la progresión es finalmente enlazada con B7 y Em7, actuando F#m7b5 a la vez como dominante secundario y como acorde II en un II – V – I menor.
Sección B
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Pasando ahora a la sección B encontramos ambas progresiones II – V – I de la sección A pero situadas en orden inverso, es decir primero tenemos IIm7b5 – V7 – Im que nos sitúa en la tonalidad de E menor y luego encontramos IIm – V7 – I en G mayor. Observamos que hasta este punto estamos recorriendo los acordes siguiendo el círculo de quintas.
En la sección C encontramos de nuevo la IIm7b5 – V7 – Im en E menor seguida por Eb7, que podemos interpretar como la sustitución tritónica de A7 y por ende del V7 del II – V – I en D mayor pero con el grado I sustituido por un Im, que además se convierte en el IIm del II – V – I de C mayor (Db7 es el sustituto tritónico del V7 en C mayor) y finaliza interpretando un V – I final en E menor (La transición de Cmaj7 a B7 es suave al tratarse de un movimiento cromático).
Sección C
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Nótese que ésta es solo mi interpretación y análisis personal de esta canción. El lector es libre de interpretar los cambios como considere oportuno. En el próximo capítulo veremos la importancia de los II – V – I y las diferentes variaciones y sustituciones que podemos encontrar, lo que probablemente nos ayudará a entender los párrafos superiores.
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Publicado originalmente en aidenfoxmusic.com | www.guitarristico.com
Como se ha mencionado con anterioridad, en la música Jazz se suele recurrir frecuentemente a la consulta de libros que contienen las partituras de cientos de temas musicales que han tenido gran repercusión entre los músicos de jazz. Estas partituras, sin embargo, no son tan detalladas como las que podemos encontrar en música clásica, pues en la mayor parte de los casos apenas contienen un esbozo de la melodía del tema y los acordes de los diferentes compases. Esto nos otorga gran libertad a la hora de interpretar y modificar armonía, melodía, carácter, tempo y voces a voluntad. Por ejemplo, si encontramos en un compás un acorde Cmaj7 pero consideramos que nos gusta más para esa parte otro de Cmaj13 o cualquiera de la familia mayor. Podemos cambiarlo a discreción llevando cuidado, esos sí, de que nuestras modificaciones no choquen con la melodía o con otros músicos tocando o improvisando encima de ellos. De quererlo, podemos también cambiar la línea melódica para adaptarla a los acordes que hemos elegido, podemos crear una melodía totalmente diferente al tema pero con los mismos acordes.
Estas modificaciones son algo muy común en el jazz y dan lugar a multitud de temas derivados de otros, por ejemplo, “Oleo” de Sonny Rollins y “Anthropology” de Charlie Parker están basados en los cambios de “I’ve got Rhythm”, de George Gershwin.
Antes de tratar de realizar estos arreglos, conviene que sepamos analizar un tema tal y como es, pues de lo contrario no podremos comunicarnos correctamente con el resto de músicos a la hora de introducir algún cambio. A continuación veremos diversos parámetros que debemos tener en cuenta a la hora de estudiar un estándar.
Estructura
Empezando por el principio, debemos ser capaces de identificar la estructura de un tema, la forma en la que está constituida. Esto es importante, pues nos ayudará a memorizarlo y a evitar que nos perdamos. Para hacer esto veremos si de una parte a otra hay variaciones más o menos profundas en la armonía o la melodía o si de lo contrario se repiten.
La mayoría de los temas de jazz contienen secciones que se repiten o se parecen, así, podemos encontrar temas de la forma AABA, AA'BA o ABCD entre otras. Conocida la estructura básica del tema podemos modificar al vuelo las secciones, por ejemplo, se está tocando siguiendo la estructura básica y uno de los músicos dice “Doble tiempo en la sección B”, por lo que rápidamente los músicos restantes lo identifican y actúan en consecuencia.
La melodía
Aprender la melodía de un tema es uno de los pasos más importantes, pues es lo que normalmente nos engancha y nos hace querer tocar una canción. Así, recomiendo que a la hora de aprender una melodía lo hagamos en dos octavas y además, debemos ser capaces de cantarla. La mayor parte de los temas tienen letra y es muy recomendable aprender ésta para facilitar el aprendizaje de la canción y de paso enriquecernos con sus bonitas historias.
Los cambios
A la hora de analizar los cambios de acordes que tiene un tema podemos afrontarlo de varias maneras:
Buscar unas tonalidades centrales en torno a las cuales orbitan los acordes de esa misma o de otras de donde se toman prestados.
Encontrar conjuntos de progresiones referentes a un centro tonal II-V-I, I-V-II-VI, etc.
Tratar cada acorde como entidades separadas por no estar clara la tonalidad central.
El objetivo del análisis de estos cambios es conocer el esqueleto de la canción y averiguar que escalas o arpegios funcionan bien sobre cada parte, lo que nos facilitará la tarea de improvisar sobre los mismos.
El ritmo
Antes de tocar una canción debemos de saber no solo el tempo, es decir, la velocidad de la canción, sino también si la canción adopta un ritmo concreto, como pueden ser el swing, la bossa nova, la clave o el funk entre otros. Si no se tiene claro que ritmo adoptar se procederá a estudiar nuestras versiones favoritas de la canción y se tratará de copiar su Groove.
Analizando "Autumn Leaves"
"Autumn Leaves" es originalmente una canción francesa titulada "Les Feuilles mortes" compuesta en 1945 por Joseph Kosma y cuya letra compuso el poeta Jacques Prévert. En 1947 el músico inglés Johnny Mercer escribió la versión inglesa de la canción que pronto se convertiría en un tema muy popular, tanto la versión instrumental como la vocal.
Para el caso que nos ocupa, nosotros solo vamos a ocuparnos de analizar los cambios y la estructura, dejando a la disposición del lector aprender la melodía y buscar un ritmo que le satisfaga. Puedes descargar la partitura aqui
Nótese que en numerosas ocasiones encontraremos partituras transpuestas a otras tonalidades, por lo que debemos tener precaución a la hora de afrontar una canción en una clave en la que estemos poco familiarizados. Es por esto último que los músicos de jazz debemos de manejarnos con soltura en las 12 claves posibles. Una vez aclarado todo esto, pasaremos a analizar el tema.
Para empezar, tras un compás que sirve de introducción y de guía de la melodía encontramos que una primera sección de 8 compases se repetirá de forma idéntica o similar, luego tendremos una parte diferente de 8 compases y finalmente otra de 8 compases donde se encuentra un cierto paralelismo con la sección A, pero la diferencia es lo suficientemente importante para otorgarle su propia sección, por lo que tenemos una estructura AABC
Sección A
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En la sección A nos encontramos en la tonalidad de G mayor comenzando con un IIm – V7 – I – IV que luego modula al relativo menor E con un IIm7b5 – V7 – Im. Otra forma de analizar la primera sección es, dado que todos los acordes pertenecen a la escala armonizada de G mayor menos el B7, consideraremos los tres últimos compases como los grados VIIm7b5 – III7 – VIm, donde B7 se puede interpretar como el acorde V de la tonalidad de E mayor o como un dominante secundario. La forma que yo considero más apropiada es pensar en un IIm – V7 – I seguido del acorde Cmaj7 que actúa de IV de la progresión anterior y sirve de puente, pudiendo interpretarse como IV – VIIm7b5. El acorde VIIm7b5 puede sustituir al V7 y el IV puede hacer lo propio con el IIm, por lo que la progresión es finalmente enlazada con B7 y Em7, actuando F#m7b5 a la vez como dominante secundario y como acorde II en un II – V – I menor.
Sección B
[ Imagen no disponible ]
Pasando ahora a la sección B encontramos ambas progresiones II – V – I de la sección A pero situadas en orden inverso, es decir primero tenemos IIm7b5 – V7 – Im que nos sitúa en la tonalidad de E menor y luego encontramos IIm – V7 – I en G mayor. Observamos que hasta este punto estamos recorriendo los acordes siguiendo el círculo de quintas.
En la sección C encontramos de nuevo la IIm7b5 – V7 – Im en E menor seguida por Eb7, que podemos interpretar como la sustitución tritónica de A7 y por ende del V7 del II – V – I en D mayor pero con el grado I sustituido por un Im, que además se convierte en el IIm del II – V – I de C mayor (Db7 es el sustituto tritónico del V7 en C mayor) y finaliza interpretando un V – I final en E menor (La transición de Cmaj7 a B7 es suave al tratarse de un movimiento cromático).
Sección C
[ Imagen no disponible ]
Nótese que ésta es solo mi interpretación y análisis personal de esta canción. El lector es libre de interpretar los cambios como considere oportuno. En el próximo capítulo veremos la importancia de los II – V – I y las diferentes variaciones y sustituciones que podemos encontrar, lo que probablemente nos ayudará a entender los párrafos superiores.
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Publicado originalmente en aidenfoxmusic.com | www.guitarristico.com