En mi caso, un día de limpieza, puse la Les Paul en posición vertical (en su estuche, claro), las chiquillas me la tiraron al suelo. Hizo tal ruido al caer que estuve varios minutos con miedo de abrir el estuche. Se habia salido uno de las perillas potenciometros de tono y, por alguna razón, ya no se mantenía en su lugar (tuve que separar un poquito el pivote del potenciómetro que tiene como una muesca).
En otra ocasión, la pequeña le metió el dedo contundentemente en uno de mis monitores de referencia, que los tenía sobre un escritorio. La membrana del cono rota. Ese día lo pasé muy mal.
Las demás travesuras han sido de girarme los potes de los pedales y toqueteo de botones cuando estoy descuidado y poco más, nada grave.
Pues eso, a ver si alguno tiene más historias trágico-infanto-domésticas con nuestros equipos a ver si hacemos una antología, jeje...
Saludos!