Voto nulo organizado:
Me a llegado este mail para el que le pueda interesar:
> LEE, LEE
>
>
>
> A estas alturas sobran razones para afirmar que el sistema que nos gobierna
> no está funcionando nada bien, ni
> es justo, ni es equitativo, ni escucha, ni responde, ni respeta, ni
> beneficia, ni representa a
> la mayoría de los ciudadanos. Ahora, nos llaman otra vez a votar, se abre
> así el telón de
> una nueva farsa, la parodia mediante la cual nos hacen creer que nuestra
> opinión cuenta
> en esto a lo que llaman democracia. Si has llegado al punto en que ya no te
> crees nada
> de la representación que escenifican los actores de turno, si te indigna y
> entristece a la
> vez todo lo que nos está pasando, y buscas pero no encuentras; si pensabas
> votar en
> blanco, o nulo, o a un partido minoritario aún a sabiendas de lo poco que
> sirve eso, o si
> ni tan siquiera pensabas ir a votar, dedica a este espacio unos minutos
> porque tal vez sea
> esta tu campaña, la que le dice a los que dirigen esta pantomima de
> democracia: ³¡No
> cuenten conmigo para esta farsa!².
>
> Como veis, se trata de votar nulo, pero metiendo una papeleta concreta en el
> sobre,
> la papeleta del voto nulo por supuesto. Ya sé, ya séŠ no hay papeletas para
> votar nulo
> en los colegios electorales. No importa, buscamos una. Una, síŠ ¿pero cuál?
> Nosotros
> proponemos esta que ven aquí abajo, nos ha llegado a través de la red y ya
> corre desde
> hace días, dicen que como la pólvora. Aunque valdría cualquier otra, como si
> metéis en
> el sobre una loncha de chorizo, lo cual sería muy representativo por cierto.
> Pero la
> potencia del asunto es que se pueda identificar a todos los rebeldes del
> voto nulo con
> una marca, y que esa sea una imaginativa papeleta, acompañada con todos los
> argumentos que se quiera. Porque un voto nulo individual no significa nada
> tomado
> aisladamente alguien que se equivocó-, pero cuando se trata de un mismo y
> masivo voto nulo la cosa cambia, y pasa a ser la voz de la disconformidad de
> una
> sociedad frente a sus gobernantes como forma de protesta pacífica que busca
> y
> exige un cambio en la manera de hacer política, un serio aviso ante un
> posible
> estallido social.
>
> Pero ya que estamos convendría explicar cuáles son las diferencias entre
> votar en
> blanco, votar nulo, no votar y votar a un partido minoritario, por ser estas
> las cuatro
> opciones que habitualmente se bajaran para mostrar el rechazo a los partidos
> que
> gobiernan.
>
>
> Abstención.
>
> Esta opción sería efectiva si dejaran de ir a votar de un 60% del electorado
> en
> adelante, y aún así, estaría por ver si la clase gobernante se daría por
> aludida o seguiría
> diciendo que hizo un buen día de playa y la gente prefirió no pasar por las
> urnas. La
> abstención activa y con conciencia, por desgracia no hay forma de probarla,
> y suele
> camuflarse con el simple pasotismo o desafección del ciudadano por todo lo
> que huela a
> político. En el actual estado de la situación se hace difícil pensar en una
> abstención
> superior al 50%, por tanto, no creemos que sea la mejor opción como medida
> de
> protesta. Una alta abstención hace que sean necesarios menos votos para
> conseguir un
> escaño, pero afecta por igual a todos los partidos, sean grandes o pequeños.
>
>
> Voto a un partido minoritario.
>
> Es otra opción elegida por algunos para votar y no votar a los partidos que
> gobiernan, aún cuando no se identifican del todo o no conocen el programa de
> ese
> minoritario partido, y saben que no alcanzará unos objetivos mínimos capaces
> de lograr
> cambiar algo. Sobran razones para desaconsejar esa opción de voto. De
> entrada porque
> en la mayoría de los casos no logran pasar el corte y se convierten en votos
> tirados a la
> basura, víctimas de un sistema electoral donde los topes necesarios para
> poder optar a
> escaño se elevan hasta el 6% en Canarias, donde hay que sumar otro tope o
> barrera
> electoral, la del 30% insular, haciendo así del sistema electoral canario el
> más injusto
> y desigual de Europa. Aún más complicado en un sistema que tiende claramente
> al
> bipartidismo, donde los medios y el capital están todos en manos de esos
> mismos
> grandes partidos. Y en último extremo, ¿qué posibilidades tendría de cambiar
> algo uno
> de estos partidos alternativos en el caso de lograrŠ uno, dos, tres escaños?
> ¿Los dejaría
> el sistema hacer, o los asimilaría? ¿Acaso no son los Mercados los que
> dictan las
> normas? En definitiva, y aún a expensas de que moleste a algunos, en mi
> opinión votar
> a un partido minoritario hoy es votar a las comparsas que participando en el
> juego
> legitiman el fraude. Lo legitiman porque todos esos votos llamados no útiles
> que van a
> parar a partidos pequeños para luego no alcanzan representación alguna, lo
> único que
> con ello logran es subir la participación electoral de forma que permiten a
> los
> gobernantes decir que la democracia goza de muy buena salud, porque han
> votado en
> torno al 60 o al 70 por ciento los electores. En Canarias, sin ir más lejos,
> en las últimas
> elecciones autonómicas, de los 921.284 votos a partidos casi 200.000 no
> obtuvieron
> representación pero hicieron que la participación alcanzara el 63% y todo
> pareciera
> normal. De no haber votado esos casi 200.000 la participación habría caído
> por debajo
> del 50% y el descontento se habría visto algo más claro.
>
>
> Voto en blanco.
>
> Este es el voto de los indecisos, de los que no encuentran partido que los
> represente pero no cuestionan ni critican el sistema. Es un voto de
> descontento
> políticamente muy correcto. Hasta ahí todo está bien, es lo que casi todo el
> mundo sabe.
> Pero hay más sobre el voto en blanco, ese famoso mito de los que dicen que
> votar en
> blanco favorece a la mayoría. Lo dicen pero nadie se para a explicarlo. Está
> bien,
> nosotros lo haremos. Veremos la influencia que tienen los votos en blanco en
> el reparto
> de escaños, que es mucha, aunque no lo parezca a simple vista.
> Y para saberlo, nada mejor que imaginarnos un hipotético plebiscito, en una
> comunidad inventada a la que llamaremos, por ejemploŠ Bananaria. En
> Bananaria se
> sigue la misma Ley Electoral que se aplica en nuestra Comunidad, pero sólo
> hay 20.000
> personas con derecho a voto, y de esas, sólo 10.000 han votado. Tenemos pues
> un 50%
> de abstención, similar a lo que sucede en muchos plebiscitos en muchos
> lugares del
> mundo. Los 10.000 votos han quedado repartidos de la siguiente manera:
>
> Partido A:ŠŠŠŠŠŠŠ 4.000 votos.
> Partido B:ŠŠŠŠŠŠŠ 3.500 votos.
> Partido C:ŠŠŠŠŠŠŠ.1000 votos.
> Partido D:ŠŠŠŠŠŠŠ.. 550 votos.
> Votos en blanco:ŠŠŠŠ....950 votos.
>
> Algunos detalles importantes:
>
> -Para que un partido cualquiera pueda acceder al reparto de escaños es
> necesario que
> acceda a un porcentaje mínimo de votos con respecto al total de votos
> emitidos. En
> algunos lugares, para algunos comicios esa barrera es del 3%, en otros es
> del 5%, y en
> otros es del 6%. En Bananaria esa barrera se sitúa en el 6%.
>
> -Los escaños que se reparten son un total de 40.
> Bien, pues empecemos con el recuento, veamos los porcentajes de cada uno
> para
> ver quienes superan la barrera del 6%. Algo que por suerte en Bananaria es
> sencillo:
> 40% para el Partido A, 35% para el Partido B, 10% para el partido C, 9,5%
> para los
> votos en blanco y 5,5% para el Partido D.
>
> ¿Qué ha ocurrido? Ha ocurrido que el Partido D, sintiéndolo mucho por ellos,
> no
> ha alcanzado ese 6% y se quedan fuera del reparto de escaños, lástima,
> lástima, otro año
> será.
>
> ¿Y qué pasa con el voto en blanco? Pues pasa que sí que se cuenta, su 9,5%,
> porque es un voto válido y así está contemplado en la Ley Electoral general
> de
> Bananaria, pero no computa, esto es, no entra en la segunda fase, en la del
> reparto de los
> escaños, aún cuando pase del 6%.
>
> ¿Qué nos queda? Un parlamento con 40 escaños a repartir entre tres partidos
> de la
> siguiente manera:
>
> Partido A: 4.000 votosŠŠŠŠŠŠ.19 escaños.
> Partido B: 3.500 votosŠŠŠŠŠŠ.17 escaños.
> Partido C: 1000 votosŠŠŠŠŠŠŠ4 escaños.
>
> ¿A cuantos votos les sale el escaño a cada partido? Lo sabremos con mucha
> aproximación con una sencilla operación que resulta de dividir los 8500
> votos
> computables entre los 40 escaños, de lo que nos da un resultado de 212
> votos. 212 votos
> voto arriba voto abajo es lo que le cuesta a cada uno de los tres partidos
> del Parlamento
> de Bananaria un escaño.
>
> Primera lectura que podemos hacer de los resultados: hay un partido de
> Bananaria que ha sacado 550 votos y no ha obtenido ningún escaño, cuando el
> escaño
> sale a poco más de 200 votos. Un poco injusto parece ¿verdad? Así es. Esto
> mismo le
> sucedió a un partido en Canarias en las últimas elecciones autonómicas: con
> más de
> 50.000 votos no superó el 6% y se quedó sin escaños, cuando el escaño a los
> partidos
> que sí pasaron el corte del 6% les había salido por entre 12.000 y 14.000
> votos.
>
> Ahora veamos qué pasaría en Bananaria con una pequeña variación en los
> resultados. Veamos qué ocurre si los que votan en blanco deciden finalmente
> no votar y
> abstenerse. Parece claro que variarán los porcentajes de votos sobre el
> total de cada
> partido, restado ya el 9,5% de todos los que votaron en blanco. Varían pero,
> ¿en qué
> sentido? Con unas simples reglas de tres obtenemos un resultado que nos deja
> al Partido
> A con un 44%, el Partido B con el 39%, el Partido C con el 11% y el partido
> D
> superando por poco el 6%.
>
> ¡Voilà! El partido D entra ahora en el reparto, ha superado el 6%.
> ¡Enhorabuena!
> Y además le corresponden 2 escaños. 2 escaños que antes no tenía y que por
> arte del
> sistema de reparto de Bananaria -igual que el de nuestra CCAA, el mismo que
> en
> España- se los ha restado al partido A, que se queda con 18 escaños, y al
> Partido B que
> se sitúa en 16.
>
> Segunda y principal conclusión que sacamos de esta simulación: el voto en
> blanco
> que se dio en la primera hipótesis fastidiaba claramente a un partido
> pequeño y
> beneficiaba a los partidos más votados. En la segunda hipótesis, los
> descontentos
> políticamente correctos votantes en blanco se lo pensaron mejor y decidieron
> quedarse
> en casa. Y gracias a esa decisión de última hora en el Parlamento de
> Bananaria hay
> cuatro fuerzas políticas en lugar de tres. ¿Curioso verdad? Pues así es.
> Piensen ahora los
> que votaron en blanco en tantos y tantos comicios, cuantos escaños le habrán
> quitado a
> partidos minoritarios para dárselos a partidos grandes.
>
> Se entiende así mejor por qué casi nadie se molesta en explicar este detalle
> y a
> ningún partido de los grandes preocupa ni parece molestar esta opción de
> voto
> descontento. Dicho esto tampoco parece muy buena opción de protesta el uso
> del voto
> en blanco.
>
>
> Voto nulo.
>
> El voto nulo se considera un voto inválidamente emitido, es decir, un voto
> que no
> se ajusta a ninguna de las opciones posibles y disponibles. En los albores
> de la
> democracia en nuestro país el voto nulo era relacionado con personas que se
> equivocaban al votar por desconocimiento del proceso. En las últimas décadas
> se ha
> identificado también con un voto de protesta de corte radical, frente al
> voto en blanco
> que representaba al voto de protesta políticamente correcto.
> El voto nulo, a diferencia del voto en blanco, se queda en la primera fase y
> sólo se
> cuenta como voto emitido, pero no entra a fastidiar a nadie con el reparto
> de
> porcentajes. No fastidia a ninguno de los que quieren jugar a la farsa
> electoral, y no lo
> hace porque ni siquiera juega, rompe las reglas, no las acepta, y lleva así
> por tanto
> implícito el mensaje de protesta. Es la abstención, pero es activa y clara y
> no se
> confunde con la desidia o el pasotismo, expresa una discrepancia formal con
> las normas,
> con la manera de hacer de la clase política y en definitiva con el sistema
> que nos
> gobierna. El voto nulo no quiere un pequeño cambio, quiere un cambio
> sustancial,
> quiere otra manera de hacer las cosas.
>
> Hagamos para acabar una última simulación con la que podremos ver el
> potencial
> del voto nulo bien organizado. Tomemos las últimas elecciones al Parlamento
> de
> Canarias en el año 2007. Fueron 921.284 votos a partidos, frente a 523.594
> electores
> que no fueron a votar. ¿Cuántos de ese más de medio millón no votaron por
> pasotismo y
> cuantos no votaron como expresión de protesta? Nunca lo sabremos con
> certeza.
>
> Ahora imaginad que 323.000 de esos abstencionistas decidieran votar nulo en
> lugar de
> quedarse en casa. ¿Qué habría pasado?: que el voto clara e
> incuestionablemente
> contrario y rebelde al sistema habría ganado las elecciones.
>
> Y hasta aquí lo que se podía explicar sobre esta campaña. Lo demás corre por
> cuenta de los participantes aunque es sencillo, divertido y además barato:
> basta con que
> circule la papeleta del señor sentado sobre el water, por el ciberespacio o
> por el espacio
> real, en universidades, barrios obreros, playas, supermercados, oficinas del
> paro, salas
> de espera y por qué no también en los mismo buzones que llenarán de
> papeletas de voto
> y propaganda electoral pagada con nuestros impuestos. Al menos, la nuestra
> no va a
> cuenta del contribuyente. ¿Os animáis entonces?
>
>
>