De esas lagunas legales nacieron coches de seis ruedas, efecto suelo, o más recientemente el doble difusor, el F-duct, el mass-dumper, o los escapes sopladores.
Interpretaciones alternativas que la imaginación de los ingenieros utilizan y que proporcionan ventaja a quien se las inventa. Hasta que son declaradas contrarias a reglamento o los demás equipos copian esos inventos con mayor o menor éxito.
Normalmente, con el tiempo esos inventos ya no ofrecen ventaja, porque todos lo han copiado, o el reglamento evoluciona prohibiéndolo.
Es lo que le ha pasado este año a Red Bull con los escapes sopladores. Newey lo inventó y fue el que mejor lo ha desarrollado. De no haber modificado el reglamento, el tiempo para que otras escuderías llegasen a ser tan competitivas como Red Bull hubiera sido mucho mayor.
Normalmente, los cambios de reglamento no solo son para abaratar costes, como el de los motores 1600. También se hacen para empezar de nuevo y que no gane siempre el mismo. A veces, hay una escuderia que está muy por encima y hay que cambiar el reglamento para igualarlo todo de nuevo.
Es lo que pasó cuando se prohibió el doble difusor, o cuando eliminaron los slicks en los años que Ferrari y Bridgeston se lo comían todo.