#492
Muy buen punto, Manuel.
#494
Frans, lo que vengo a decir es que lo que se espera que sea un hombre y una mujer está determinando el rol, la ocupación y los rasgos de personalidad de forma que tomamos decisiones acorde a ello. Y esto está interiorizado desde lo que se llama proceso de socialización de una manera muy firme, de modo que las personas tendemos a cumplirlo y quien actúa en contra del estereotipo es juzgado negativamente por los demás. El ejemplo de Sister Rosetta es paradigmático. O el de Emilia Pardo Bazán, de la que se decía que era una mujer "que se metía a hombre", por escribir y llegar a ser la primera mujer catedrática en este país, teniendo en contra a la mayoría de sus compañeros de profesión pero también de la mayoría de las mujeres de la época.
Aún así hay contenido del estereotipo que sigue muy presente, como ser mujer y poner por encima su carrera a criar a los hijos. En este caso es considerado socialmente como ser fría, insensible y mala madre. En el caso del hombre es lo esperado y se juzga con mayor benevolencia. Pero si éste decide dejarlo todo y dedicarse a cuidar a los hijos y ser *mantenido", la visión de los demás (incluso de él mismo, que debe luchar contra sus propios sentimientos) suele ser menos positiva y solemos extraer conclusiones del tipo "no le gusta trabajar". En ambos casos se produce un prejuicio sexista basado en los estereotipos de género respecto a lo socialmente deseable. Y esto tiene su peso en la psicología humana y por ello nos comportamos como creemos que corresponde a nuestra edad, nuestro sexo y muchas otras carácter que autoestereotipamos.
Vengo a explicar que actuar en contra de lo que tenemos interiorizado que es lo deseable y que corresponde ser a un hombre o auna mujer hace que nos juzguemos y nos juzguen de manera negativa, y tratamos de evitarlo consciente pero también inconscientemente, pues el rechazo social genera graves problemas en las personas. No obstante todo está en relación a los valores socioculturales de esa determinada sociedad y tiempo: ni las propias mujeres aceptaban igual una Sister Rosetta o una Pardo Bazán en su época que en esta.
7
La reflexión es que hay menos mujeres guitarristas, o al menos guitarristas de rock. Pues posiblemente sea así, aunque sin tener la estadística es aventurarse a afirmar algo solo por la disponibilidad que tenemos de ello en nuestra memoria (lo que se llama sesgo de disponibilidad, que lleva al de falso consenso) y no en datos estadísticos objetivos. A eso me refería con que defender esa afirmación en realidad no seria riguroso a un nivel más científico.
También destacar que sí se ve más aceptado el rol de cantante, corista, bailarina o fan, en cambio guitarrista de rock con una botella de Jack Daniels, un cigarro en la boca y cumpliendo el papel de Slash no genera el mismo efecto halo en las propias mujeres que en nosotros, por lo que limitamos en función del género las ocupaciones que desempeñamos. Otro ejemplo: ser auxiliar de enfermería mujer está bien considerado. Serlo siendo hombre es, si no denostado, al menos menos "masculino". Por ello tomamos con menos probabilidad la decisión de dedicarnos a esta profesión según cual sea nuestro sexo. Esto es estereotipo. A esto me refería con mi exposición previa.
Hay menos porque no se asocia a ser mujer, no hay referentes y ello lo perpetúa, y además el resto de la sociedad no favorece con sus valoraciones el hecho de ser mujer guitarrista y, para más inri, de rock. No es "propio" y por tanto es más probable que no se llegue a desarrollar.
5
#497 Muy bien explicado compañero.
El paso del tiempo es necesario para que las sociedades acepten ciertas conductas como normales, forzando la máquina no funciona, aunque sea más justo, aunque queramos no funciona...
En Francia en el sXIX la escritora George Sand (nombre real Amantine) vestía como un hombre y pasó por ser una de las mejores escritoras de la época romántica. Pues fue detenida varias veces por vestir como un hombre, y de hecho al ser tan conocida, tuvieron que sacar una ley en la que las mujeres tenían que pedir permiso para vestir con ropa masculina. Muchas sólo usaban pantalones para montar a caballo, pues tuvieron que pedir el permiso también. Tela...
Pues el tiempo ha pasado y hoy es impensable. Cosas de hace 40 años son impensables, de hace sólo 20 impensables...
El tiempo pasa, para bien.
Pero estos problema ocurrieron ya en el pasado, personas como George Sand o Berthe Morrisot en la pintura, no obtuvieron el suficiente reconocimiento a su nivel artístico por el simple hecho de ser mujer. Esto es un hecho, a la vista está.
Hay que luchar para que estas cosas no vuelvan a ocurrir.
1
¿Ves? Así sí. Haces afirmaciones y las respaldas con datos científicos. Así sí.
Del mismo modo te digo que no deseches la importancia de los factores genéticos en la diferencia existe entre los gustos y preferencias de hombres y mujeres porque también hay muchísima literatura al respecto. Y es un debate con puntos de vista muy bien defendidos y apoyados en datos sólidos, como para desdeñarlo así a la primera de cambio. De hecho, negar esas diferencias y atribuirlas unica y exclusivamente al proceso de socialización, va en contra directamente de la propia teoría evolutiva y sobre todo, de lo que se observa en la naturaleza, que por mucho que nos pese, seguimos siendo animales también.
3
#501
Por ello se conjugan los aspectos evolucionistas, neurociencias y sociales para tratar de explicar globalmente este fenómeno. No desecho ninguno, solo hacia hincapié en el factor del aprendizaje social por su relevancia a la hora de configurar los estereotipos. Los cuales, teniendo un fondo de verdad probablemente apoyada en el hecho bioevolutivo, no se adaptan tan rápidamente a los cambios de paradigma y convenciones socioculturales, y de ahí que su extinción sea más lenta que los cambios que se han ido produciendo en nuestra sociedad.
3