#467
Claro, teniendo una 335 en casa no quiero ni otra del mismo tamaño y similares características, ni me da mucho juego una 15"... salvo porque pesa menos y a veces mi espalda se pone protestona...
Lo de tocar a través del ordenador no va conmigo, no digo "de este agua no beberé" porque los tiempos que corren son como son, pero mientras pueda evitarlo...
Con tantos años musicales a la espalda tengo maomeno soluciones para cada ocasión, y si compro algo suele ser para cambiar (en teoría a mejor), no porque "no tengo nada de eso".
Una de las cuestiones interesantes de las semihuecas en viaje es que si te quieres poner a practicar, o escribir algo, a horas intempestivas, directamente no la enchufas y tocas en "semiacústico". Recuerdo que a Lyon, en 2015, me llevé una 339 de una marca china (que luego vendí...) y el ampli que retrato abajo. Por algún motivo extraño se me olvidó echar el cable del ampli, y en aquellas fechas todo Lyon estaba cerrado, menos los restaurantes y museos (y menos una tienda de libros de 2ª mano que había subiendo a los barrios altos...), de modo que no pude comprar un simple cable de guitarra y, dado que tenía que descansar en el hotel bastantes horas, por cuestiones deportivas, no me quedó otra que tocarla al aire, sin amplificación. Bueno, tampoco se dió tan mal.
Pero vamos, lo suyo es llevar un mini-ampli que te dé algo más de juego, y que a las malas le pones unos cascos y sólo te sale el sonido a ti por ellos, con lo cual te puedes aislar de ruidos circundantes, o tocarlo de noche sin molestar.
El bote de Fanta no lo meto en el avión, pero ese Orange Mini de 3W cabe en cualquier maleta o mochila y sorprende por su sonido:
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Claro, teniendo una 335 en casa no quiero ni otra del mismo tamaño y similares características, ni me da mucho juego una 15"... salvo porque pesa menos y a veces mi espalda se pone protestona...
Lo de tocar a través del ordenador no va conmigo, no digo "de este agua no beberé" porque los tiempos que corren son como son, pero mientras pueda evitarlo...
Con tantos años musicales a la espalda tengo maomeno soluciones para cada ocasión, y si compro algo suele ser para cambiar (en teoría a mejor), no porque "no tengo nada de eso".
Una de las cuestiones interesantes de las semihuecas en viaje es que si te quieres poner a practicar, o escribir algo, a horas intempestivas, directamente no la enchufas y tocas en "semiacústico". Recuerdo que a Lyon, en 2015, me llevé una 339 de una marca china (que luego vendí...) y el ampli que retrato abajo. Por algún motivo extraño se me olvidó echar el cable del ampli, y en aquellas fechas todo Lyon estaba cerrado, menos los restaurantes y museos (y menos una tienda de libros de 2ª mano que había subiendo a los barrios altos...), de modo que no pude comprar un simple cable de guitarra y, dado que tenía que descansar en el hotel bastantes horas, por cuestiones deportivas, no me quedó otra que tocarla al aire, sin amplificación. Bueno, tampoco se dió tan mal.
Pero vamos, lo suyo es llevar un mini-ampli que te dé algo más de juego, y que a las malas le pones unos cascos y sólo te sale el sonido a ti por ellos, con lo cual te puedes aislar de ruidos circundantes, o tocarlo de noche sin molestar.
El bote de Fanta no lo meto en el avión, pero ese Orange Mini de 3W cabe en cualquier maleta o mochila y sorprende por su sonido:
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