Ya no por el pésimo gusto de elegir una copia histórica del teatro de Pompeya en Cuenca, sino, por jactarse de llevar a un público "seleccionado" al que antes de comenzar, sale un tipo con cara de estreñido, soltando un breve panegírico en plan autobombo, y les advierten que deben permanecer en silencio y muy atentos. Dadaísta, la verdad. Hasta ahí, vale. Pero lo gordo es lo que vino después. Me ahorro más comentarios, porque ni tengo sofá ni me pagan por despotricar,es más, me expongo a que el censor tuerto me cierre el hilo. Cada cual saque sus conclusiones
En el >Younotuve sigue colgado.