Todos sabemos que el sexo y a la alopecia guardan cierta relación, lo sabemos por nuestros amigas las dutas y finas.
¿Qué relación mantiene?
Que ambas necesitan dihidrotestosterona para seguir su proceso de caída (en caso de la alopecia) y para realziar sus funciones reproductivas (en el caso de nuestro sistema reproductivo).
Esto no ocurre en personas cuyo cabello es insensible a la dihidrotestosterona, para estos afortunados, no influye en absoluto nada de lo que vamos a comentar. Para todos los demás que tenemos este problema, tendremos que ver qué ocurre:
Cuando tomamos finasteride, conseguimos inhibir un 65% la producción de dht de la 5 alfa-reductasa tipo 2.
Esto ignifica lo siguiente: Si tenemos 600mg de testosterona por el cuerpo, sólo un 35% se convertirá en dht, por lo que conseguiremos tener 210 de dihidrotestoterona que reducirán nuestro cabello.
Por esa misma razón, si en vez de tener 600mg, tenemos 950mg de testosterona en el cuerpo, al inhibirla con finas nos quedará 330mg por el cuerpo, lo cual será menos beneficioso para el cabello.
Ante eso, es evidente, que los niveles de testosterona son determinantes para la alopecia en personas que sufrimos este problema, incluso tomando finasteride.
Podríamos preguntarnos ¿Cuánto dht es suficiente para provocar la caída máxima? No lo sabemos y menos en cada caso, pero partamos del supuesto, que a más dht en sangre, mayores son las posibilidades de padecer una mayor caída del cabello.
Entonces surge el problema ¿Qué aumenta los niveles de testosterona en el cuerpo?
Pues la necesitamos para mejorar nuestros músculos, para eyacular, como también para mantener nuestro deseo sexual y virilidad.
¿Esto significa que a más necesidades sexuales (o autosexuales) y de musculatura el cuerpo necesita fabricar más testosterona?
Si esto es así, entonces no hay duda, el sexo diario y el ejercicio extremo perjudican a la alopecia.
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