Plantear el dilema absoluto que, o bien se contrata una banda tributo, o bien una local, ya de por sí es falaz. Por ejemplo, pueden coexistir ambos tipos de banda e incluso tocar una de teloneros de la otra, aprovechando el tirón de la publicidad de unos y otros.
Luego, lo de "los nuevos Black Sabbath se van a disolver", una pendiente resbaladiza. Igual la banda tributo no son los nuevos Black Sabbath sino un grupo mediocre, o no necesariamente se disuelven, o son unos fuera de serie pero las circunstacias de la vida les hacen disolverse. O igual la banda que se disuelve es la de tributos y nunca llega a ser de las que (cito) "ha hecho gira por no-sé-cuántos países y cuyos miembros hasta se visten como si fuesen los originales, de un grupo que está disuelto o han muerto".
Como ya se ha comentado, hay muchos otros escenarios como para encerrarse en solo dos.
A parte, esto es un negocio. Igual si no va la banda tributo al bar, en lugar de a una banda contratan a un DJ y luego a quejarnos que "el rock a muerto" y "no hay ya música en directo". O ya directamente el dueño contrata el canal Liga en Movistar+ y se acabó la música. O pone la MTV en la TV y a correr.
Además, el bar tendrá que generar dinero, e igual no puede permitirse hacer de mecenas de las bandas emergentes locales. Me ha parecido que el autor era muy generoso con el dinero de los demás.
En definitiva, me ha parecido una forma de razonar muy simplista y desacertada.