#4944
Estoy de acuerdo.
La mejor y más precisa visualización , se hace en el modo estroboscópico. Pero a mucha gente no le gusta. Demasiadas cosas dando vueltas. Al principio es un poco mareante.
En cuanto a lo de los leds, supongo que se puede reducir el rango en que lucen. Eso mejoraría cómo se visualiza esa precisión ya que reconocen que son menos de los necesarios. En los afinadores de rack , si que hay un montonazo de leds a cada la lado del central. Por tanto, no creo que los fabricantes estén engañando. Simplemente optimizan sus productos y los adaptan de la mejor manera posible, a la realidad del guitarrista y cómo emplea los mismos.
En el local hay un Peterson StroboFlip. Se usa para trabajo fino en el taller o con guitarras no muy precisas. Normalmente tiramos de Politunes (I-III y mini clip) Korg Pitch Black o alguno otro de pinza. Pero siempre , toda guitarra, bajo, banjo, mandolina o lo que sea que entre nuevo, va a la mesa de operaciones del taller y se comprueba. Se termina de ajustar al gusto de cada cual. Se deja tan bien como permita el instrumento. Si hay que sustituir o modificar algo por lo que sea, se hace.
En el fondo, evitas problemas a futuro.
Estoy de acuerdo.
La mejor y más precisa visualización , se hace en el modo estroboscópico. Pero a mucha gente no le gusta. Demasiadas cosas dando vueltas. Al principio es un poco mareante.
En cuanto a lo de los leds, supongo que se puede reducir el rango en que lucen. Eso mejoraría cómo se visualiza esa precisión ya que reconocen que son menos de los necesarios. En los afinadores de rack , si que hay un montonazo de leds a cada la lado del central. Por tanto, no creo que los fabricantes estén engañando. Simplemente optimizan sus productos y los adaptan de la mejor manera posible, a la realidad del guitarrista y cómo emplea los mismos.
En el local hay un Peterson StroboFlip. Se usa para trabajo fino en el taller o con guitarras no muy precisas. Normalmente tiramos de Politunes (I-III y mini clip) Korg Pitch Black o alguno otro de pinza. Pero siempre , toda guitarra, bajo, banjo, mandolina o lo que sea que entre nuevo, va a la mesa de operaciones del taller y se comprueba. Se termina de ajustar al gusto de cada cual. Se deja tan bien como permita el instrumento. Si hay que sustituir o modificar algo por lo que sea, se hace.
En el fondo, evitas problemas a futuro.