Al final da la sensación de que cada uno se autoconvence de que la guitarra que posee es superior a tales otras, y así sucesivamente.
¿Acaso no es mejor entender que no son objetos "sagrados", que el hype no tiene sentido, que son herramientas para hacer música y que la calidad hay que medirla en cada instrumento individual y no tanto basándose en precios, clasificaciones, marketing, humo, marcas, modelos, signatures, misticismos varios y cosas por el estilo?
Que cada uno gaste cuanto quiera en sus instrumentos, pero no alimentemos aquello de que si no se tiene al menos "x" modelo que cuesta un mínimo de "x" euros, no se puede sonar bien. Yo tengo y he tenido guitarras que van desde los 250€ hasta los 2.000€, y con todas ellas he podido crear música perfectamente. Y ni las más baratas son leña indeseable, ni las más caras el summum del olimpo guitarril.
Compremos lo que queramos, pero dejemos de vender la burra y de autoconvercernos para justificar que lo mejor está en "x" producto. Las etiquetas son productos del marketing para crear necesidades irreales que consigan atrapar a los consumidores en un bucle infinito de búsqueda. Compremos y consumamos lo que nos apetezca, pero no caigamos en el mundo irreal del marketing publicitario creado de manera ficticia por las grandes corporaciones del sector. O, al menos, así es como lo veo y opino yo.