#396 Es verdad, a mí me molan más los antiguos que aún persisten bien pasados los años. Supongo que aquellos sí que tenían más de "actitud rebelde" que los de ahora.
Creo que en el momento en el que los deportistas empezaron a tatuarse se perdió ese significado porque to diós empezó a hacérselos y pasó a ser algo más estético.
Hoy en día se ven tatus super complejos que no creo que se pudieran hacer con los medios al alcance de otras épocas y supongo que aceptar el riesgo de que no quedaran guays también implicaba que hacérselos era cuestión de actitud.
Lo digo desde la total ignorancia.
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El tema del hilo lo dice bien claro el título. Lo demás, sobra.
A partir de aquí solo el tema del hilo. Ya no es cuestión de quién haya empezado, o qué comentario sea detonante, tan mal está por un lado, como continuar con ello.
Muchas veces os quejáis de si entramos nosotros o los moderadores a poner orden, pero es que a la vista está que no podéis dejar pasar la ocasión de continuar picandoos.
Música y tatuajes.
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#397
Danny entró aquí llamando rancio a peña que había intervenido en el foro, gente con simples opiniones diferentes.
No lo puedes pasar por alto. A mi me disgustó por los demás compañeros, y me dio pie a comentar que intervenciones así podrían interpretarse igual de rancias. Yo a él no le he llamado rancio ni en ningún caso lo he denigrado, como el si ha hecho. Tio, no puede ser que no lo veas. Léetelo, Danny ha estado muchísimo más violento y maleducado, no me arrepiento ni de una coma de lo que he escrito.
Vamos, que si me tienes que llamar a mi la atención de algo, no me parece lógico que no lo hagas igual con Danny o con Art, que se ha tirado páginas detrás de mi con mala intención y arte, y no recuerdo que le hayas dicho nada.
Todo post es mejorable, pero yo no creo que los mios sean para resañarlos por delante de otros de ninguna manera.
Un abrazo.
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#399
Lo siento no habia leído esto, borrad mi anterior post si conviene.
Los marinos se tatuaban en Oriente puestos de opio hasta arriba. Los pescadores de bajura, obviamente, no se tatuaban.
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Cuando todo el mundo hace algo, es que está de moda. Las modas cambian, el cuerpo cambia; los tatuajes ahí siguen.
El rock mama mucho del glam, de lo teatral, de símbolos que hacen volar la imaginación junto con la música. Cuando se transformó en un fenómeno visual, los tatuajes empezaron a crecer rápidamente entre artistas como símbolo de rebeldía. Era como decir: jamás podré tener un trabajo o una vida (digamos) normal: estoy marcado y asumo esta marca. Es la marca del rock, de la vida que he decidido tomar.
Hoy en día se ha vuelto al revés. La rebeldía, sobre todo entre los más jóvenes, es no ponérselo, es tener parejas estables, es aguantar el aburrimiento temporal, es querer vivir la vida con lentitud, cada cosa a su tiempo, es aprender cosas basadas en el esfuerzo que en apariencia no sirven para nada o no sirven para ganar dinero, como la filosofía o el arte de argumentar y escuchar o la responsabilidad o el sufrimiento y la angustia por las decisiones y los dilemas que hay que tomar y asumir. Cosas que no se ven por fuera, pero que te hacen crecer por dentro a un ritmo imperceptible.
Cuando eres joven eres más materia que memoria, más cuerpo que alma, pero con los años la memoria se termina imponiendo hasta que al fin, solo seremos eso. Y si los tatuajes no contienen memoria, sólo estética vacía, solo cuerpo, acabaremos por odiarlos irremediablemente con el inexorable paso de los días. Las rosas dejan de ser bellas cuando se marchitan.
Dulce retiro interior, para el que lo pueda gozar. Dulce fortuna para quien invente la fórmula de borrar tatuajes sin quemarte la piel.
Disculpad por un comentario tan carca: desde mi edad, un día lluvioso como hoy, es lo que veo.
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