Hola, compañeros.
Voy a contar una desagradable experiencia que he tenido recientemente, en parte para desahogarme, pero sobre todo para animaros a que, a la hora de adquirir un instrumento (principalmente de segunda mano), seáis más cautos de lo que yo he sido y así evitar sorpresas.
Hace un mes y pico me decidí a vender un guitarrón (Gibson Flying V edición limitada) porque la tenía muerta de risa y quería hacerme con una guitarra de caja.
Me deshice de la flecha no sin dolor y me puse a buscar una sucesora a su altura.
Encontré en el foro una Gibson ES137 con una pinta estupenda; la información que daba el vendedor me pareció suficiente y, siendo los comentarios en su muro positivos, le hice una oferta.
Llegamos a un acuerdo y a los dos días recibí la guitarra.
Al rato de estar tocando con ella, dándole vueltas para observar los detalles, las marcas de uso, etc, advierto el primero de los problemas-defectos no indicados en el anuncio:
La guitarra presenta unas rajas, creo que sólo en el barniz, en la unión entre el diapasón y el mástil que van desde la cejuela al traste 5 en la parte superior y hasta el traste 7 en la inferior.
Envío fotos al vendedor y me dice que no sabe nada, pero que es algo normal en el barniz de Gibson.
Me extraña; he tenido unas cuantas, nuevas y menos nuevas, y no he visto nada así.
La cosa queda ahí.
Decido guardar la guitarra hasta tener algo de tiempo para tocar y disfrutarla, aprovechar para cambiar cuerdas y ajustarla.
Un par de semanas después me voy a poner manos a la obra, la curvatura del mástil requería un retoque y cuando quito la tapa del alma, ¡sorpresa!
Lo que veo me mosquea sobremanera y, en estado de shock, decido escribir a Gibson, enviándoles número de serie y fotos de lo que encontré. No sabía si me habían colado una Chibson, si el proceso de fabricación es más chapucero de lo que pensamos, o si había algo más raro.
Pues bien, lo primero que me dicen es que, habiendo comprado la guitarra literalmente como "Gibson ES137 de 2003, año de gran calidad de las maderas, toda original", resulta que es de 2007.
El número de serie corresponde con la guitarra, pero que no pueden pronunciarse sobre las modificaciones hechas en el instrumento.
El "regalo" con el que venía la guitarra es que tiene el alma reparada. MAL reparada. Tan MAL reparada que no puede ajustarse de manera alguna. A lo que quedó de varilla del alma le soldaron una tuerca de la que sobresale un trozo tan largo de varilla que es imposible introducir la llave para ajustar el alma.
Evidentemente, para esta operación tan chapucera tuvieron que quitar madera. Un MONTÓN de madera. Por la parte posterior de la pala el grosor es apenas el suficiente para que no se transparente el barniz.
Por la parte delantera no ha quedado madera ni para atornillar la tapa del alma.
Después de medir la cabeza del tornillo del alma y comprar una llave de la medida adecuada, meterla en un torno para reducir el diámetro y que pueda introducirse, NADA. La chapuza es tal que no queda espacio para introducir ninguna llave.
La guitarra no se puede ajustar y no hay más.
Evidentemente he reclamado al vendedor, pero como me considero persona legal, no voy a hacer público su nombre ni voy a dar detalles de su proceder.
Al contrario, comparto mi experiencia en lugar de "colocar" la guitarra a otro lechón como yo.
Resumiendo: De tener una guitarra estupenda como era mi Flying, he pasado en cuestión de unos días a tener una gran guitarra que no sirve para nada. Expuesta al capricho de los elementos, dilatación y contracción de madera por cambios de humedad y temperatura y sobre la que no puedo hacer nada y con la que no puedo hacer nada.
MI CONSEJO:
Aunque lleves 25 años comprando y vendiendo guitarras como es mi caso, MUCHO OJO.
De entrada, no compres NADA que no puedas probar personalmente.
Haz todas las preguntas que sean necesarias.
SIEMPRE pide el número de serie y coteja la información con el fabricante.
Prueba, prueba, prueba el instrumento.
Abre o pide que te abran la tapa del alma y comprueba que no hay nada raro.
ATENCIÓN: Si la madera debajo de la tapa del alma no tiene barniz hay mucha probabilidad de que haya tenido alguna reparación importante.
Mira la guitarra desde todos los puntos de vista.
Mira todas las uniones: diapasón al mástil, mástil al cuerpo, busca marcas en la pala por si hubiera sido reparada, mira si la cejuela muestra indicios de haber sido cambiada.
Toca TODAS LAS NOTAS, en TODOS LOS TRASTES, una a una, dejando que resuenen.
Para mí, lo importante es el mueble: Pastillas, clavijeros, potenciómetros, etc se pueden cambiar por relativamente poco dinero. Pero si el mueble está mal, el resto es inútil.
Sabemos que el GAS es inmisericorde, pero si ves algo que no te convence, resiste la tentación y NO COMPRES.
Ea, ya me he desahogado, aunque el berrinche de la guitarra no me lo quita nadie.
Voy a contar una desagradable experiencia que he tenido recientemente, en parte para desahogarme, pero sobre todo para animaros a que, a la hora de adquirir un instrumento (principalmente de segunda mano), seáis más cautos de lo que yo he sido y así evitar sorpresas.
Hace un mes y pico me decidí a vender un guitarrón (Gibson Flying V edición limitada) porque la tenía muerta de risa y quería hacerme con una guitarra de caja.
Me deshice de la flecha no sin dolor y me puse a buscar una sucesora a su altura.
Encontré en el foro una Gibson ES137 con una pinta estupenda; la información que daba el vendedor me pareció suficiente y, siendo los comentarios en su muro positivos, le hice una oferta.
Llegamos a un acuerdo y a los dos días recibí la guitarra.
Al rato de estar tocando con ella, dándole vueltas para observar los detalles, las marcas de uso, etc, advierto el primero de los problemas-defectos no indicados en el anuncio:
La guitarra presenta unas rajas, creo que sólo en el barniz, en la unión entre el diapasón y el mástil que van desde la cejuela al traste 5 en la parte superior y hasta el traste 7 en la inferior.
Envío fotos al vendedor y me dice que no sabe nada, pero que es algo normal en el barniz de Gibson.
Me extraña; he tenido unas cuantas, nuevas y menos nuevas, y no he visto nada así.
La cosa queda ahí.
Decido guardar la guitarra hasta tener algo de tiempo para tocar y disfrutarla, aprovechar para cambiar cuerdas y ajustarla.
Un par de semanas después me voy a poner manos a la obra, la curvatura del mástil requería un retoque y cuando quito la tapa del alma, ¡sorpresa!
Lo que veo me mosquea sobremanera y, en estado de shock, decido escribir a Gibson, enviándoles número de serie y fotos de lo que encontré. No sabía si me habían colado una Chibson, si el proceso de fabricación es más chapucero de lo que pensamos, o si había algo más raro.
Pues bien, lo primero que me dicen es que, habiendo comprado la guitarra literalmente como "Gibson ES137 de 2003, año de gran calidad de las maderas, toda original", resulta que es de 2007.
El número de serie corresponde con la guitarra, pero que no pueden pronunciarse sobre las modificaciones hechas en el instrumento.
El "regalo" con el que venía la guitarra es que tiene el alma reparada. MAL reparada. Tan MAL reparada que no puede ajustarse de manera alguna. A lo que quedó de varilla del alma le soldaron una tuerca de la que sobresale un trozo tan largo de varilla que es imposible introducir la llave para ajustar el alma.
Evidentemente, para esta operación tan chapucera tuvieron que quitar madera. Un MONTÓN de madera. Por la parte posterior de la pala el grosor es apenas el suficiente para que no se transparente el barniz.
Por la parte delantera no ha quedado madera ni para atornillar la tapa del alma.
Después de medir la cabeza del tornillo del alma y comprar una llave de la medida adecuada, meterla en un torno para reducir el diámetro y que pueda introducirse, NADA. La chapuza es tal que no queda espacio para introducir ninguna llave.
La guitarra no se puede ajustar y no hay más.
Evidentemente he reclamado al vendedor, pero como me considero persona legal, no voy a hacer público su nombre ni voy a dar detalles de su proceder.
Al contrario, comparto mi experiencia en lugar de "colocar" la guitarra a otro lechón como yo.
Resumiendo: De tener una guitarra estupenda como era mi Flying, he pasado en cuestión de unos días a tener una gran guitarra que no sirve para nada. Expuesta al capricho de los elementos, dilatación y contracción de madera por cambios de humedad y temperatura y sobre la que no puedo hacer nada y con la que no puedo hacer nada.
MI CONSEJO:
Aunque lleves 25 años comprando y vendiendo guitarras como es mi caso, MUCHO OJO.
De entrada, no compres NADA que no puedas probar personalmente.
Haz todas las preguntas que sean necesarias.
SIEMPRE pide el número de serie y coteja la información con el fabricante.
Prueba, prueba, prueba el instrumento.
Abre o pide que te abran la tapa del alma y comprueba que no hay nada raro.
ATENCIÓN: Si la madera debajo de la tapa del alma no tiene barniz hay mucha probabilidad de que haya tenido alguna reparación importante.
Mira la guitarra desde todos los puntos de vista.
Mira todas las uniones: diapasón al mástil, mástil al cuerpo, busca marcas en la pala por si hubiera sido reparada, mira si la cejuela muestra indicios de haber sido cambiada.
Toca TODAS LAS NOTAS, en TODOS LOS TRASTES, una a una, dejando que resuenen.
Para mí, lo importante es el mueble: Pastillas, clavijeros, potenciómetros, etc se pueden cambiar por relativamente poco dinero. Pero si el mueble está mal, el resto es inútil.
Sabemos que el GAS es inmisericorde, pero si ves algo que no te convence, resiste la tentación y NO COMPRES.
Ea, ya me he desahogado, aunque el berrinche de la guitarra no me lo quita nadie.