Las guitarras "IBAÑEZ" no existen

alarikorex escribió:

A mi me pasó lo mismo, ja ja ja

Yo a este lo mato. Abre un hilo, monta el pollo y ahora dice que también le pasó.

Esteban, ja ja ja , que lo que me pasó es que no sabía, hace 25 años, que "Ibanez" eran buenas guitarras.... sólo había oído hablar de la típicas Gibson y Fender. Del resto no tenía ni referencias.. ja ja

Y qué me decís de estas otras?

Que no, que estás equivocado, ja ja que son "FERNÁNDEZ" ja ja

Y estos qué, también son chinos?

Pero es curioso, ya que la gente en los post (el 99%) no dice "tengo una Fernández" si no que a estas las denominan bien, "Fernandes"... es curioso.

alarikorex escribió:

Pero es curioso, ya que la gente en los post (el 99%) no dice "tengo una Fernández" si no que a estas las denominan bien, "Fernandes"... es curioso.

Y aquí hemos llegado al fin al quid de la cuestión. Y es que Francisco Fernández no fue el creador de Mortadelo y FIlemón. Fue Francisco Ibáñez.

Un genio, si señor, mejor dibujante que constructor de guitarras

Fernandes, uno de los mayores y mejores fabricantes de guitarras de todo japon. Es como ESP o Ibanez. Si os meteis en la pagina en japones flipareis de todos los modelos signature de altisima gama que tienen. Sinceramente, son unas guitarras muy minusvaloradas por aqui... y si Hide de los X-Japan entre otros cientos solo usaba guitarras de esa marca y mirad como sonaba... tan malas no seran.



La historia de Ibañez/Ibanez es totalmente verídica. Creo que hasta esta en Wikipedia.

xB

Ahí te equivocas, esteban, mortadelo ha sido siempre de Gibson

mortadelo

#82 Mortadelo es el nuevo papa.

Si yo no hablo de Mortadelo que todos sabemos que lo mismo se viste de monja fumadora, que de presidente del gobierno español. Si aquí la cosa es que si lo analizamos freudianamente, este señor, don Francisco Ibañez, es como nuestro padre (yo cuando espero sentado en un asiento de una caja o un banco veo en el suelo caracoles fumando y con bufanda). Lógico que cuando vemos escrito mal su nombre, sintamos esa herejía dentro del pecho, como los aficcionados del Milán cuando el Barça les metió la del pulpo.