Por fin ha ocurrido. Cuando en Mayo de 2017 pude asistir por primera vez a un concierto de Carlos López, le dije que me parecía que tenía mucho que decir, mucho más que otros que tienen bastantes discos grabados, cuando él, modesto siempre, se estaba limitando a grabar algunas bandas sonoras, y sí, había tocado en algún que otro grupo, pero yo creo que nos debía un disco a la usanza más clásica, un disco de solista, con sus composiciones, con su manera de tocar en solitario.
En Mayo de 2018 pude escucharle en otro concierto en solitario, en éste ya presentó buena parte de lo que iba a ser el material de ese disco.
Y ahora, por fin, ha salido, llevaba unos meses grabado, pero las cosas de palacio van despacio, él tenía más ganas de hacerlo bien que de hacerlo deprisa.
Hace unos días nos dió la noticia, y en mi caso, como no he podido acercarme todavía personalmente a recoger un ejemplar para tenerlo en mis manos y escucharlo, ha tenido que ser correos el medio por el que esta mañana he conseguido, por fín, ponerle las manos encima al disco, y poco después, la oreja.
Aunque buena parte del factor sorpresa ya estaba gastada cuando lo escuché en vivo, el placer de escucharlo ya grabadito, y con una gran calidad, es incomparable.
Más de 40 minutos de música, toda original, que suena a mis oídos como un prodigioso crisol de ecos de muchas músicas, todas pasado por el tamiz, y las manos, de Carlos.
Escucho ecos tan variopintos como Bach o Zorn, o Towner, o....
Pero esos ecos se transforman en algo muy propio del autor, que aborda el álbum con una mezcla de disciplina, concisión y audacia que para sí quisieran muchos guitarristas más renombrados (que no mejores, creo yo, aunque en música lo de mejor y peor es muy subjetivo, pero lo de bueno, no tanto, y este disco es muy bueno). No es porque lo diga yo, que soy un mero aficionado. Lean la nota de contraportada que le ha escrito... un tal Julian Lage.
Resumo: Una guitarra acústica (que suena como el arpa de un ángel), mucho amor a la música, y mucha dedicación.
Y decía que pasado todo por el tamiz de las manos de Carlos, pero en realidad, yo creo que lo más suyo que podemos encontrar en este disco, y lo que lo define de verdad, es el corazón.
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