boro_2 escribió:
a hembra cria a los cachurrus y el machu ibericus sale de caza
Así fue, es ... y será. Queridus amigus de la naturaleza
¡Ay! qué crímenes se cometen referenciando a la biología en propio beneficio de uno.
Un tema, aplicando ley de contrarios y tal, si lo que dices es cierto y el macho (vaya palabra) español es el encargado de abastecer todos los bienes necesarios para su clan y la hembra (ea) es la encargada del soporte afectivo, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que en esta sociedad el macho es un fracaso y un fail de libro y debería extinguirse cuanto antes, ¿no?, porque de hecho la hembra en muchísimos casos está cubriendo las dos necesidades ella solita.
Qué curioso no te imaginaba a favor de la matriarcalidad.
En otro orden de cosas más interesantes, vidalsh, si, el capitalismo hizo su movimiento... pero desde mi punto de vista le salió rana.
Las estructuras, todas, tienden a la máxima entropía para perpetuarse. La sociedad occidental y el capitalismo no se simplifican incluyendo a la mujer en el tejido laboral, al contrario, para hacerlo necesitaron (y siguen necesitando) evolucionar y hacerse más complejas y más evolucionadas.
Durante la segunda guerra mundial el capitalismo necesitó mano de obra y sólo la encontró en la población femenina que había sido relegada históricamente al entorno de su propio hogar y no tenía posibilidad de salir de ahí. Se hizo por pura necesidad, por no haber mano de obra suficiente.
Y eso que en los 50 ya se habían incorporado al tejido productivo y hacían cosas tan salvajes como conducir, fumar ir a la escuela, educarse (en la Universidad no, por Dios), tener opiniones propias, participar en conversaciones de hombre y poder salir de casa ellas sólas... un locurón inadmisible, vamos.
Una vez se empezaron a nivelar las balanzas poblacionales, fue la mujer quien se reveló y no quiso abandonar su sitio dentro de la sociedad productiva lo cual no sentó nada bien ni empresarial ni socialmente (aún hoy sigue sin sentar bien, no se las paga igual, no se les dan las mismas oportunidades, no se les dan los mismos puestos y no se les dan el mismo trato). Es una brecha que lleva abierta más de 50 años y en la que las mujeres aún no han triunfado todo lo que deberían.
Casi siempre he tenido jefas y compañeras en mis curros, casi siempre responsables femeninas y la inmensa mayoría de ellas han mostrado unos niveles de eficiencia, productividad y competividad muy muy superiores a sus compañeros "machus ibericus" sin embargo siempre han tenido puestos mucho más bajos, muchas menos posibilidades de ascenso, mucha menos competencia a la hora de tomar decisiones y por supuesto menos sueldo.
Si niegas a la mujer sus opciones de participar libremente en la sociedad la relegas a subsistir de lo que quiera darle su pareja... ¿y si no quiere emparejarse? (no, aquí el argumento biológico no me vale, con la densidad de población que hay reproducirse es un lujo no una necesidad), ¿de qué vive?.
En Oriente casi todas las poblaciones tienen adjetivos despectivos para las mujeres que no han querido o podido casarse y de hecho se las aparta de la sociedad y están condenadas a vivir en una especie de oscurantismo muy chungo y muy humillante.
Imagen no disponible
http://en.wikipedia.org/wiki/Rosie_the_Riveter
Ella siguen luchando, la mayor parte de ellas sin saberlo porque ya tenemos interiorizados un montón de parámetros que sencillamente no son justos, sin ir más lejos al colega Bocanegra que siendo un representante político se permite el lujo de decir las estupideces que dice sin ponerse ni "colorao".
Nosotros hemos nacido con ese privilegio heredado y no nos suele preocupar mucho, aunque debería.
La simpleza de pensar que como es difícil establecer un nucleo familiar hay que eliminar las posibilidades de más de la mitad de la población a participar en la sociedad estaría bien, quizás hace muchos años, pero afirmar ese tipo de cosas hoy (sobre teniendo en cuenta el porcentaje de público objetivo femenino que tiene el consumo) es sencillamente cándido e ingenuo (amén de discutible y otros adjetivos que me reservo para mi intimidad por aquello de no provocar un flame).