Paco escribió:
Se suele decir que los grandes guitarristas empiezan a sonar bien cuando tienen a un técnico de nivel detrás. Esta persona sólo se ocupa de hacer sonar bien a ese artista, y con mayor criterio. Hay que escucharse desde fuera, ser más imparcial.
Atención a esta frase porque encierra una grandísima verdad que parece que muchas veces se obvia. El proceso de escucha de algo no es lo mismo cuando:
A) Estas tocando y escuchando
B) Estas escuchando
C) Estas escuchando pasado cierto tiempo
En el caso A, todo nos tiende a sonar mucho mejor, porque la "emocion" de tocar nos enmascara errores y fallos tanto de ejecucion como de sonido. Esos fallos, en el caso B se hacen patentes y cuando pasa el tiempo (caso C) son aun mas acuciantes.
Esto nos lleva a pensar que, como casi siempre se da el caso A, somos mejores ejecutantes de lo que somos en realidad, lo que nos lleva a la no-imparcialidad.
Yo, desde hace tiempo (desde la pandemia, que me puse a fuego con el home-studio) en mi dinámica de trabajo compositivo (y ojo, que la música que hago yo para muchos guitarristas de aquí sera pura mierda y yo no se lo discuto...) procuro dejar grabadas las cosas en casa cuando me llega la inspiración para algo, pero -ojo cuidao- haciendo caso al productor que tuvimos en nuestros primeros discos (y que me influyo muy positivamente en muchas cosas) reviso después lo grabado pensando que lo ha grabado otro tio. Saco de la cabeza el hecho de que lo grabe yo o es mi idea... y asi llego a darme cuenta de que lo que yo creí que estaba estupendo, resulta que muchas veces lo que es esta es... "mas o menos".
En el caso de las producciones musicales, cuando no solo es una guitarra, si no que intervienen diferentes instrumentos que armonizan la canción, el caso C es completamente necesario. Muchas veces compones algo cuya sonoridad te vuela la cabeza en el momento, pero dejas pasar dos semanas, le das una escucha y te das cuenta que o hay cosas -a veces muchas- que mejorar o directamente a veces no es ni de coña lo bueno que uno creía y hay que tirarlo y empezar desde cero o casi cero quedándose solo con el concepto inicial.
Por ello SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE, cuando se graba es necesaria (y muchas veces imprescindible si se quiere lograr un buen resultado) la figura de un productor externo: una voz imparcial que sirva de alerta cuando te estas pegando un patinazo que, por haberlo repetido en casa y en el local mil veces con tus compinches de banda, has interiorizado y naturalizado hasta obviar los fallos y errores.
Un saludo.