Para evitar sorpresas como la que te ha pasado, hay que ajustar el alma para que, con las cuerdas montadas y afinadas, el mástil esté absolutamente recto, sin relieve; luego montas el bajo en un neck jig que te simula la tensión de las cuerdas, quitas las cuerdas y ya puedes rectificar el mástil sin miedo. El neck jig que venden en stewmac cuesta una pasta gansa, pero hay opciones "home made" igual de efectivas y que, siendo un poco mañoso, te las puedes hacer por poco dinero.