Buenas a todos. Hoy mismo, como cualquier otro sábado, había quedado con mis amigos y mi novia para dar una vuelta, en la puerta de mi colegio en pleno "barrio pijo toledano" a las seis de la tarde, con el sol brillando ahí, en lo alto. En éstas que, sobre las seis y media, cuando ya ha llegado toda la peña incluídos los que llegan tarde, nos ponemos en marcha, hacia el pabellón del colegio donde creíamos que había partido entre profesores y alumnos, y queríamos verlo para echarnos unas risas. Mientras ibamos andando por la acera, apenas a seis metros de la puerta del colegio(insisto en qe estaba en pleno barrio pijo toledano) se nos cruzan dos chavales, dos poqueros con malas pintas que se nos quedan mirando con asco (y mi grupo de amigos no somos precisamente de vestires ni maneras peculiares), y pasan. Uno de ellos era un enano, de un año o dos menos que yo, y el otro tendría uno más que yo, y era un chavalín alto, pero muy canijo. Total, les sostenemos la mirada apenas tres segundos, y seguimos para el polideportivo. Cuando ya casi estamos llegando, vemos que nos siguen, y uno, el enano, se acerca a mí (que iba abrazado con mi novia), me pega un empellón y me dice que si tengo algún problema. Teniendo cerca al chaval veo que tiene las pupilas dilatadas, arrugas a pesar de su pronta edad, y un moco que no puede con él, lo cual me dio mucha lástima. Le digo que no, que no tengo ningún problema, a lo cuál él me mira desafiante y me dice que eso espera. Total, seguimos nuestro camino, nos metemos en el polideportivo y allí no hay profesores jugando ni hostias, sólo un equipo de niños entrenando al futbol. Los dos chavales se meten detrás nuestra en el pabellón. Empezamos a preocuparnos. Le pedimos al entrenador del equipo de los chavales, que le conocíamos, que nos abriera la puerta principal, para salir por el colegio y dárles esquinazo. Lo hace, salimos del colegio y nos largamos por patas. Éramos cuatro tíos hechos y derechos y ocho tías con muy mala hostia contra dos piltrafas, pero no queríamos líos.
Decidimos ir a casa de una amiga, que vive cerca, y nos ponemos en marcha, a mitad del camino, se nos plantan delante saliendo de una callejuela y me acerco a ellos y les digo que se larguen, por favor, que no queremos bronca. El enano me empieza a insultar, y yo me contengo, pensando que, aunque él y su amigo tengan media hostia, no sería algo inteligente. El enano chaporro me pide un euro para el bus. El de al lado, el largo, me dice que él pedirá otro a uno de mis amigos. Les doy yo los dos euros, y el enano coje mi cartera y me saca los cinco euros que llevaba encima. Aparentemente contentos, se empiezan a ir, pero en éstas lelga un grupo de once poqueros ya creciditos. Ésto se pone feo. Comienzan a hablar con la parejita, y nos miran mal. El grupo de poqueros mayores se va, y la parejita sigue siguéndonos, y le dicen a un amigo mío que se acerqe, le obligan a darle un euro, y hacen lo mismo con otro de mis amigos. Yo ya necesitaba partirles la cara, pero estaba muy asustado porque sus colegas mayores andaban por la zona, asique me callo y, una vez que nos han desvalijado, insultado y escupido, se largan a cualquier esquina a pincharse.
Era la primera vez que me atracan, y sigo acojonado. Es una sensación extraña, me siento indefenso y con algo de miedo a salir a la calle (bastante miedo) y que ésto se repita, pero con navajas, veinte tíos y sólo mi novia (que, por así decirlo, levanta pasiones). Nos han jodido toda la tarde, todos estábamos asustados y por los suelos, y yo tengo miedo a salir mañana.
Nose, necesitaba contarlo, aquí quizás porque mantengo el anonimato, pero necesitaba contarlo.