El pasado lunes día 27 de enero, murió en su ciudad natal, Nueva York, un chico del pueblo con 94 años; casi un centenario de música folk, blues, country… y de gastar el alma en los más necesitados, no sólo de Norteamérica sino del mundo entero.
No quiero aquí hablar de su larga e importantísima trayectoria musical que fue extensísima. Nació en 1919 y ya mamó la música de parte de sus padres que tenían relación con ella. Maestro de los grandes músicos de ultramar, Baez, Dylan, Springsteen, MacLean… y héroe de las causas perdidas, promotor de la cultura de la clase trabajadora a través de sus canciones y acciones. The Boss lo denominó como "un archivo vivo de la música americana y de su conciencia, un testamento del poder de la canción y la cultura". Quiero hablar de su obra humana.
Militante de izquierdas, Seeger siempre estuvo de lado de los más débiles, fueran blancos o negros, americanos o españoles, y digo bien, españoles. Pete Seeger estuvo muy vinculado a la España republicana y al ejército popular a través de su admiración y apoyo a las Brigadas Internacionales que vinieron a esta piel de toro, sin saber poco más de nosotros que del sufrimiento padecido por nuestro pueblo debido al levantamiento fascista. Admiración por aquellos trabajadores, artistas, intelectuales, parados, estudiantes y campesinos que vinieron de más de 50 países a morir a nuestra dura y desagradecida tierra. Pete fue como la musa al poeta para la Abraham Lincoln Brigade que reunió en torno a sí a los norteamericanos que lucharon junto a los nuestros en las trincheras y parapetos de España.
Conocí a Pete personalmente en la ciudad de las grandes torres durante un homenaje a estos legendarios abuelos que aún sobrevivían y, aunque ya bastante desgarbado a pesar de su altura, me impresionó su porte sencillo, noble, tierno y cercano. Acariciar sus manos representó para mi la transmisión de un legado, el más precioso y que debíamos de conservar, el amor por el ser humano, el sentimiento de que nada de lo que le ocurra a una persona en el mundo me sea ajeno.
Compañeros, amigos, ha muerto la conciencia de los Estados Unidos, la conciencia del mundo, ha muerto quien deseaba que esta tierra fuera un lugar mejor para todos. Sus canciones discurrirán por los arroyos, los caminos, las cumbres y las minas, las fábricas y los cargeros, las barriadas y los guetos, por allá donde un hombre llore, hablarle de consuelo, de fraternidad, de esas manos de los otros que nunca valdrán tanto como cuando ayudan al otro…
Salud viejo… La cafetera ya silva, una taza más se queda vacía ya para siempre sobre el mantel de la música. Ahora estás en otra mesa, en la mesa de los justos desde la que bajan a la tierra aires de justicia y de libertad entre tanta penunbra. Tus posos nos recordarán siempre cual es el camino correcto.
Para saber más sobre Pete:
No quiero aquí hablar de su larga e importantísima trayectoria musical que fue extensísima. Nació en 1919 y ya mamó la música de parte de sus padres que tenían relación con ella. Maestro de los grandes músicos de ultramar, Baez, Dylan, Springsteen, MacLean… y héroe de las causas perdidas, promotor de la cultura de la clase trabajadora a través de sus canciones y acciones. The Boss lo denominó como "un archivo vivo de la música americana y de su conciencia, un testamento del poder de la canción y la cultura". Quiero hablar de su obra humana.
Militante de izquierdas, Seeger siempre estuvo de lado de los más débiles, fueran blancos o negros, americanos o españoles, y digo bien, españoles. Pete Seeger estuvo muy vinculado a la España republicana y al ejército popular a través de su admiración y apoyo a las Brigadas Internacionales que vinieron a esta piel de toro, sin saber poco más de nosotros que del sufrimiento padecido por nuestro pueblo debido al levantamiento fascista. Admiración por aquellos trabajadores, artistas, intelectuales, parados, estudiantes y campesinos que vinieron de más de 50 países a morir a nuestra dura y desagradecida tierra. Pete fue como la musa al poeta para la Abraham Lincoln Brigade que reunió en torno a sí a los norteamericanos que lucharon junto a los nuestros en las trincheras y parapetos de España.
Conocí a Pete personalmente en la ciudad de las grandes torres durante un homenaje a estos legendarios abuelos que aún sobrevivían y, aunque ya bastante desgarbado a pesar de su altura, me impresionó su porte sencillo, noble, tierno y cercano. Acariciar sus manos representó para mi la transmisión de un legado, el más precioso y que debíamos de conservar, el amor por el ser humano, el sentimiento de que nada de lo que le ocurra a una persona en el mundo me sea ajeno.
Compañeros, amigos, ha muerto la conciencia de los Estados Unidos, la conciencia del mundo, ha muerto quien deseaba que esta tierra fuera un lugar mejor para todos. Sus canciones discurrirán por los arroyos, los caminos, las cumbres y las minas, las fábricas y los cargeros, las barriadas y los guetos, por allá donde un hombre llore, hablarle de consuelo, de fraternidad, de esas manos de los otros que nunca valdrán tanto como cuando ayudan al otro…
Salud viejo… La cafetera ya silva, una taza más se queda vacía ya para siempre sobre el mantel de la música. Ahora estás en otra mesa, en la mesa de los justos desde la que bajan a la tierra aires de justicia y de libertad entre tanta penunbra. Tus posos nos recordarán siempre cual es el camino correcto.
Para saber más sobre Pete:
