A ver, ¿es la veta importante? Totalmente.
Veta recta, simétrica a ser posible, sin nudos por medio, bien distanciada. Claro, esa selección vale un pastizal.
¿Que aporta? Estabilidad, garantía de no torcer, rigidez y un comportamiento (en el caso de los mástiles) muy predecible.
Si el mueble es bueno, no hará sonar diferente a las pastillas. Pero el intérprete lo notará en la ejecución.
Una guitarra eléctrica no es solo electrónica. Igualmente un violín hecho con las maderas muy seleccionadas pero una construcción deplorable terminará roto en mil pedazos sobre la cabeza del luthier más una frase que dice: “Macho, suena de cojones pero no hay quien lo toque”.
A tal señor, tal honor. Buena madera, buena construcción. Una cosa sin la otra no sirve de nada.
Estuve en la presentación de ya un afamado constructor de chelos en fibra de carbono y composites. La demostración fue impactante. Un sonido espectacular ejecutado por buenos maestros. Nada que envidiar y en algunos casos superar a la madera. Resonancia, presión acústica y sustain.
Me acerqué a uno de los promotores y le dije: Entiendo que es el material del futuro. Estos instrumentos durarán muchos siglos sonando bien y probablemente como el primer día, cosa que la madera no puede conseguir.
Pero, ¿sabes que? Yo soy mayor, soy del mundo de la madera, igual que de las valvulas aunque la electrónica ya ha llegado al punto de hacer no distinguir un mundo del otro.
Y, una cosa. Tus instrumentos al igual que los emuladores digitales, persiguen imitar al mundo analógico de la madera y las valvulas. Así que aunque yo sea un anacrónico, me quedo con mi madera y mis valvulas.
Otras generaciones venideras se reirán de mí... eso es lo que tiene envejecer.
Hablamos.
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No, que no sea madera solo una Parker que tiene un amigo. De metacrilato la única experiencia ha sido verla en directo en un concierto, tocada por Brent Hinds.
El hilo habla sobre lo que ocurre con la madera cuando envejece. Por buena que fuese, por buen luthier que la seleccionara y realizara el instrumento.
Entonces. ¿Que pasa con las guitarras eléctricas, su madera y sus precio?
A mi me da la sensación de que a alguien (y son más de uno) le puede “incomodar” (por no decir otra cosa) haberse gastado 3.000 euros (por poner un precio poco popular) en una guitarra eléctrica de marca afamada y obviamente de maderas seleccionadas.
Desde aquí le digo que dependiendo de la electrónica sonará mejor o peor. Pero, que no se preocupe, que por lo que ha pagado es por una calidad de materiales de grado superior al igual que la realización del instrumento.
Esa guitarra “cara” a nivel de ejecución dará unas cuantas patadas a las de gama inferior. Cuando el dueño comience a tocar sabrá por que pago es cifra tan alta. Cuando ese mismo músico, intente tocar con el mismo modelo de guitarra pero de precio inferior, también se dará cuenta donde esta invertida la diferencia de dinero.
Dejo fuera de este comentario aquellas marcas y modelos que por el simple hecho de ser lo que son meten unos “palos”’injustificables en precio aludiendo a cualquier justificación esotérica peregrina.
Muchos sabéis que en 1980 te tirarían a la cabeza una Squier VM Japan. Muchos años después nos dimos cuenta que era mejor que muchas Fender carísimas. Y ahora son piezas de colección súper valoradas. Construcción exacta, precisión, maderas ultra seleccionadas.
Hace unos años me trajeron una para ajustar. En mi vida había visto responder a la curvatura del mástil tras girar el alma en segundos... no supe ni que decir.
En resumen, un mueble que ya quisiera una Fender de las caras.
Hablamos.
Baneado
#69 Así es, cerrarse en banda a algo que no se conoce es una estupidez, otra cosa es que el método que usamos nos va bien y no necesitamos cambiar, que es mi caso.
Pues mira Luis.
Yo sé que con esos equipos digitales se pueden conseguir maravillas. De hecho, una de las mejores cosas que se consiguen es la ecualizacion no importa en que local toques.... siempre suenas igual.
Pero yo, no. Es sabido que una habitacion (local, sala o similar) a poco es un filtro de cuarto orden. Por tanto, a cada local que voy, sueno distinto. Unas veces me dicen: “que bien habéis sonado” y otras: “oye, se oía muy apagado, como todo empastado, vamos, como la mierda”.
¿Que le voy a hacer?
Un abrazo.