Todo se restablece.
Las columnas se enfrían,
las cortinas... no se mueven,
las luces ya se apagan.
Todo se restablece.
La muerte no está acechando,
pero dolido se siente,
el gallo que cacareó
y que ya no se atreve.
Las impresiones
se acaban,
las impresiones
se olvidan.
Las miradas se ocultan
y se muestran postizas.
Las cosas ya no importan,
todo se ironiza.
La soledad se hace persona.
Las paredes se tapizan.
Ya nada es complicado.
Todo se estabiliza.