Pfff, enésima mierda de debate acerca de las drogas.
Es tan inútil escribir sobre esto que me da pereza levantar los dedos sobre las teclas. Lamentablemente tengo que discrepar directa y tajantemente con Belial y Toni, y no con ellos por nada en especial, sino porque tras la primera página de post ya se ve venir a todo el mundo y al menos vosotros dos teneis un opinión que en general respeto (lo cual no quiere decir que no respete a todos los demás, sólo a algunos
).
No se puede hablar con criterio desde el no consumo.
Partir de la base de que las drogas son malas es una falacia.
Siento no argumentar mi postura, pero estoy cansado (por motivos ajenos al foro) y realmente sería estéril. Si queréis datos avalados y montañas de estudios que ponen en tela de juicio
algunas de vuestras afirmaciones os los paso por privado con gusto. Vosotros mismos podéis "googlear" y ver cuántas fuentes hablan con más perspectiva (numeros de consumo y proporciones de "malos y buenos viajes", la ausencia de datos de rigor que avalen implicaciones con esquizofrenias, etc...) de las que habéis citado. Lo digo porque muchas cosas que dais como hechos, no lo son.
No estaréis de acuerdo conmigo, me parece bien. Yo no estaría de acuerdo conmigo sino fuera porque hablo desde el conocimiento de primera mano, de ahí que no se pueda hablar con criterio desde el no consumo (sé que me reitero). Parece de perogrullo, pero yo le di el coñazo a alguien con vuestros mismos argumentos hasta que comprobe por mí mismo cuánto había de cierto en ellos.
Total, que
lo único que quiero decir es que tomar esta sustancia es una cuestión de
responsabilidad personal. El Lsd no es para todos, esto es muy importante y muy cierto. Nunca he hecho una taxonomía, pero a bote pronto diría que conozco 2 potenciales tipos de personas que podrían abordar su consumo:
1 - Me lo tomo para echar unas risas. El más común. Pueden pasar dos cosas dependiendo de tu forma de ser; pero si estás de buen humor y lo tomas sin más malos rollos es probable que te las eches y punto. Si eres neurótico, depresivo, inestable, inseguro, voluble, etc... Se va a pontenciar y para mal. Este último caso nunca lo he visto, pero me consta que se da y por mi experiencia imagino perfectamente a determinados tipos de personas pasándolo mal. Que no cunda el pánico, un buen vómito y un zumito y para casa.
Un pequeño apunte que me veo obligado a hacer (ya que hablamos de hechos científicos): No existe
ningún caso documentado (uno presentado al parecer por el FBI hace décadas, pero se declaró incongruente) de ninguna persona que haya desarrollado trastornos mentales tras el
consumo puntual de esta sustancia. En dicho caso incongrunte el FBI obligó a un individuo a consumir masivamente LSD (estaban experimentando con él) y se recuperó en 2 días. Con masivamente, me refiero a dosis escandalosas que superaban las de varias personas.
2 - Me lo tomo para aprender algo sobre mí mismo o el mundo. Por muy pedante que suene, este grupo existe. No tengo noticia de nadie que haya tenido un mal viaje en esta tesitura. Por supuesto es posible que los haya, sólo digo que todo aquél que conozco y lo ha hecho no sólo no ha tenido un mal viaje, sino que ha tenido una experiencia que le ha cambiado la vida. Esto se conoce bajo el nombre de "Peak Experiencies" (experiencias cumbre) descritas, entre otros, por Abraham Maslow.
"
En estas experiencias el sujeto y el mundo se perciben como un todo integrado, unificado, perfecto, realizado, viviente, hermoso, gozoso, universal, eterno y autosuficiente. En ellas hay una tendencia a perder el miedo, la ansiedad, la confusión, las inhibiciones, el temor a la enfermedad y a la muerte. Maslow también demostró que estas experiencias han sido reportadas universalmente en todas las culturas y en todo momento de la historia. "
Si alguien quiere tomar LSD para echarse unas risas vale; pero personalmente creo que es desaprovechar el potencial enorme de esta sustancia. Con el LSD las defensas mentales bajan o desaparecen y es entonces cuando cada uno es más libre de explorarse a sí mismo, este sentimiento es inconfundible y abrumador, de ahí mi hincapié en lo impropio de hablar sobre esta experiencia sin haberla tenido. Quien no sepa usarla no lo aprovechará, quien lo haga verá que el LSD no se caracteriza por un estado alterado o alucinógeno, sino de mayor claridad. Los sentidos despiertan de forma brutal y todo se percibe más claramente.
Quien forme parte de ese segundo grupo y no lo haya probado no sabe de lo que se está privando. En sólo unas horas se aprende más sobre uno mismo y los demás que en casi todo el resto de la vida. Por eso llamar "mala" a una sustancia capaz de provocar tales cambios siempre me contraría. Puede que haya miles de retrasados por el mundo poniéndose ciegos de LSD cada fin de semana y un puñado de ellos acaben jodidos por ello, pero eso no es culpa del LSD. A ellos, a los que no saben lo que hacen, son a los que van dirigidas las prohibiciones. Quien goza de autonomía y criterio propio impone sus propias reglas, y eso implica hablar no desde el desconocimiento o los prejuicios sociales, sino desde la experiencia de primera mano, que es la única verdadera e inmanipulable.
Como dijo alguien:
"En torno a lo último he de señalar que no se trata de una cuestión de fe, sino de experiencia. La experiencia es absoluta. No cabe discutir acerca de ella. Una persona puede decir tan sólo que nunca tuvo una experiencia de esa índole, a lo cual replicará el opositor: "Lo lamento mucho, pero yo sí". Y ello pondrá término a toda la discusión. Es indiferente lo que piensa el mundo en punto a dicha experiencia : quien la tiene posee un inestimable tesoro".