#177 Eddie, aunque no lo creas, comprendo bastante tu situación. A Madrid vienen 20.000 venezolanos al año. Los que yo conozco, que no son los que viven en Recoletos, han tenido que emigrar por las razones que todos conocemos.
Por esa razón tienen esa misma desafección hacia el estado, hasta el punto que todos los que conozco hasta se niegan a utilizar mascarillas por ser una imposición de la autoridad.
Si yo hubiese vivido lo que vosotros indudablemente que mi pensamiento se vería influido por ello. Por suerte, no he vivido una situación tan desagradable y conozco las bondades del sistema del bienestar pese a sus muchos defectos.
También tienes que entender que cuando se vive en sociedad es necesario un contrato social y que en Europa la sanidad y las pensiones públicas son tan inherentes a ese contrato social e incuestionables como puedan serlo la propiedad privada o la herencia. Desde luego que hay quien cuestiona las unas o las otras, pero son pensamientos minoritarios que se consideran extremistas.
Lejos de pensar que el pago de impuestos para las pensiones y sanidad suponen un ataque a la libertad individual se consideran como garantes, más o menos eficaces, de libertad ante infortunios y la acumulación excesiva de poder de agentes privados. Obviamente es una cuestión totalmente ideológica, pero es Europa su aceptación es generalizada.
Por esa razón tienen esa misma desafección hacia el estado, hasta el punto que todos los que conozco hasta se niegan a utilizar mascarillas por ser una imposición de la autoridad.
Si yo hubiese vivido lo que vosotros indudablemente que mi pensamiento se vería influido por ello. Por suerte, no he vivido una situación tan desagradable y conozco las bondades del sistema del bienestar pese a sus muchos defectos.
También tienes que entender que cuando se vive en sociedad es necesario un contrato social y que en Europa la sanidad y las pensiones públicas son tan inherentes a ese contrato social e incuestionables como puedan serlo la propiedad privada o la herencia. Desde luego que hay quien cuestiona las unas o las otras, pero son pensamientos minoritarios que se consideran extremistas.
Lejos de pensar que el pago de impuestos para las pensiones y sanidad suponen un ataque a la libertad individual se consideran como garantes, más o menos eficaces, de libertad ante infortunios y la acumulación excesiva de poder de agentes privados. Obviamente es una cuestión totalmente ideológica, pero es Europa su aceptación es generalizada.