Tokai escribió:
Pues agradecer a todos vuestra participación porque como bien dice Txetxen, un tema que debería ser de una claridad inapelable trae consigo el tener que soportar ironías, sarcasmo, condescendencia.
Espero y confío no entrar yo personalmente en ninguna de esos tres enfoques críticos que citas, Tokai. Básicamente sólo he citado el diccionario de la RAE y en el poquito tiempo que llevo en estos foros, una de las opiniones que leo con más atención es precisamente la tuya.
En realidad es que me gusta intentar saber de qué hablo cuando hablo. Y "machismo" es por la propia definición del término una
actitud. Una actitud que puede ser repugnante, molesta, evolutiva, retrógrada, obsoleta y todo lo demás que se desee considerar. Pero lo que hace daño son los golpes de un maltratador malnacido. O las palabras de una injuria. O los hechos de una conducta agresiva. O una ley que discrimine géneros. O una decisión arbitraria de unos padres. Pero ... ¿una actitud?. Es como una camisa, que se lleva
puesta por fuera, creo yo.
Comprendo que en el mundo de los ideales, las actitudes puedan ser mucho más peligrosas y dañinas que los hechos. O que las palabras, según dónde se expresen. Pero en el mundo real, por desgracia, son los
hechos lo único que se debe y es lícito perseguir. Fuera de tiranías orientadas a lo mental, quiero decir.
Nótese, finalmente, que de feminismos y otras trampas no digo nada. Porque lo que a mi me molesta es la parte de "prepotencia" del machismo, que me lo tiñe de estupidez, antes que su naturaleza sexista. Ya hay tensiones bastantes entre los géneros, en el día a día, como para inventarse otras.
Eso si. Lo tengo que decir, aunque se me tilde de frívolo y me caiga el fuego del Infierno: Llevo toda la vida con las uñas cortas para tocar la guitarra (española + eléctrica) y no puedo aprobar sin reservas mentales que las féminas se corten las uñas por el mismo motivo. Porque una dama con sus uñas naturales, largas y bien pintadas me resulta algo de lo más atractivo. Sé que estoy condenado, pero esa es la verdad.
Son estas pequeñas cosas las que nos convierten en viles monstruos a los varones, si.
Un saludo.