La solución ( o por lo menos lo que yo me atreví a hacer y funcionó): Desatornillé las clavijas, las destape (tenian una chapa atornillada como protección), accedí al mecanismo principal y le añadí suficiente polvo de grafito, (un muy buen lubricante para mecanismos metálicos, tales como candados, seguros y tornillos), una gota de aceite 3 en 1, y lo sellé con los tornillos otra vez. Como complemento le añadi una dosis pequeña de grafito a cada espacio de la cejilla, para lubricar.
El resultado: Se acabó ese sonido molesto e incomodo al apretar o soltar la cuerda, muchísima estabilidad a la hora de tocar, y nada de desafinación. La guitarra quedó mejor que nunca!
Saludos colegas!
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