No es la primera vez que hago una escapada similar. El verano de 2019 tiré de coches compartidos y estuve en Toledo, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Orense... llegué a Santiago y puse rumbo a Finisterre a pie, donde pasé tres días y tres noches acampando en la playa y aun tuve tiempo para visitar algunos pueblos de la costa Asturiana. Reconozco que hubo momentos donde las pasé canutas, pero hubo otros muy especiales como cuando saqué la guitarra en el faro de Finisterre y di un pequeño concierto para la puesta de sol, a lo que la gente respondió con mucha gratitud y cariño. Otra suceso flipante fue encontrar un viaje compartido que salía de Oviedo y me dejaba en la puñetera puerta de mi casa en un pueblo de Murcia jajajaj. Y para que os hagáis una idea, durante todo el viaje fui cargado con una mochila petada de ropa y cosas de esas de "por si acaso", una tienda de campaña, aislante, saco de dormir, y por supuesto la guitarra que en ese caso era una Harley Benton cla15m de caoba que ya os digo yo que es mas dura que las piedras y me hizo un papel maravilloso, aunque a los dos días ya tenía el brazo inútil de cargar con ella durante recorridos de 25km. Lo curioso del tema es que sabía que me sobraban muchas cosa en el equipaje, pero la guitarra nunca, jamás, sin ella no hay viaje. Además es el reclamo perfecto para que los dueños de albergues y campings te hagan precio o te dejen dormir en las tiendas familiares con colchón de matrimonio. Así que la guitarra se viene.
En esta ocasión si es cierto que me gustaría corregir algunos errores, empezando por salir con lo más básico e indispensable, organizarme mejor los horarios de salida y llegada y localizar con antelación los alojamientos, campigns y demás de cada tramo de la ruta en lugar de dejar tanto a la improvisación, que está muy bien pero llega a agotar física y mentalmente. Y por supuesto musicalizar el viaje, aprovechar la magia del camino para componer y grabar algunas interpretaciones, hacer algo de streaming incluso y lo que vaya surgiendo. Y para esto el tito Degarcía, que está un poco colgaico el hombre, se quiere echar al hombro una acústica de doce cuerdas en afinación DADGAD , vamos que el peso que me quito por un lado me lo echo por otro jajaja. Pero qué carajo! el Camino de Santiago debe ser un acto de sacrificio, no un agradable paseito por el campo con el taxi llevando tu equipaje de albergue en albergue. Así que nada, seguramente acabe por pillarme una funda marca Mono de esas que tan bien hablan y le endose una pequeña mochila táctica con la ropa y demás cosas de primera necesidad... Y al camino!
Y después de tamaño chapón que acabo de meter me gustaría conocer experiencias de compis que hayan cometido locuras semejantes y escuchar sus aportaciones y consejos, no vaya a ser que sea el único colgao al que se le ocurren estas lindezas de planes jajaja. Bueno y ya si alguien me recomienda fundas de guitarra para largas travesías ya sería la monda...
Ale, a tener buena tarde gente!