La primera fue hace unos años. Estaba tocando en casa de una amiga. La guitarra, un clásica, era de su hermano, que estaba aprendiendo a tocar desde hacía dos meses. Le gustaba practicar cualquier cosa, siempre y cuando estuviese de moda y lo pusieran por la radio. Llevaríamos un cuarto de hora tocando cuando llegó a casa el susodicho hermano, que me conocía pero nunca me había visto tocar.
-Toca algo -me dijo.
Ante la libertad que me daba esa vaga petición, decidí finalmente improvisar un blues. Lo típico.
-Anda, eso es blues, ¿no?
-Sí. ¿Te gusta?
-No.
-¿Por...?
-Pues no sé. ¿Eso para qué COÑO SIRVE?
Me costó un poco entender a qué se refería. Finalmente le dije:
-El blues está en la base del rock.
-El blues está en la base de mi NABO. ¿Qué estás diciendo?
Ahora, casi un lustro después, con Fito & Fitipaldis en pleno apogeo, el chaval me da la brasa para que le enseñe blues, country, jazz y rock´n roll.
Y ahora soy yo el que se descojona. Para estas cosas tengo mucha memoria y mucha mala leche.
-Pero vamos a ver: ¿de qué te va a SERVIR tocar todo eso?
-Por favor...
La segunda fue con una chica con la que estuve saliendo. Le gustaba U2, Elastica, Smashing Pumpkins... Todo ese rollo. Siempre que tenía ocasión me decía: "Bah, los Metallica de ahora son un mierda. Los de antes eran mejores".
A mí me gusta mucho el Metallica ("Black Album") y el Reload que, por mucho que diga la gente, es para mí unos de los mejores discos de rock duro de los 90. Aún así, la satisfacción que me producen en concreto el Master of Puppets y el Ride the lightning es superior, casi roza el fetichismo. De hecho, descubrí el thrash metal gracias a Metallica (supongo que como casi todos).
Ya había oído eso de " los Metallica de antes eran mejores" de boca de gente muy poco puesta en el metal, y me daba muy mal tufo. Parecía un cliché, una de esas frases que se dicen para quedar bien sin tener ni idea. Así que decidí hacer un pequeño experimento.
Una vez, en mi casa, le dije que escuchase "un grupo de metal", a ver qué le parecía. Era el grandioso Ride the lightning. Las notas salvajes de Fight fire with fire comenzaron a azotar nuestros tímpanos con frenesí.
-¿Qué te parece? -le pregunté.
-Aaaaaj. No me gusta nada. Es HORRIBLE.
-Es thrash metal.
-Sí, pero del MALO.
Intentando disimular la risa, y saltándome deliberadamente From whom the bells toll (algo me decía que esta canción sí la conocía), le puse Fade to black.
-Esta está mejor. Es que la otra...
-Ya, ya.
James Hetfield comenzó a cantar.
-Joer, qué mal canta.
-Bueno, no es Pavarotti, pero...
-¡Qué grupo más MALO! ¡Eres más raro...!
-¿Raro? -le contesté-. Estas escuchando Ride the lightning, de Metallica.
-¿Metallica?
-Sí. 1984. Los Metallica de antes.
La verdad es que fui un poco cabrón. Se quedó completamente sin palabras. Fue una situación un poco violenta. Pero ya estaba cansado de eso de "los Metallica de antes", y al final lo pagó quien menos se lo merecía.
La música, com el cine y en, menor medida, otros artes, nos hacen actuar de esa manera. Por su potencia social, su sex-appeal inherente y por otras razones, la música une y desune a las personas, crea diferentes grupos sociales, es un buen tema de conversación, y está fuertemente sometida a las modas, los clichés y la proliferación de leyendas urbanas.
Con esto, os animo a que expongáis experiencias, propias o ajenas, que hayáis tenido parecidas a las mías. Si no tenéis nada que decir, espero que al menos hayáis disfrutado leyéndolas.