Recentrando el tiro... hablar de SGAE lleva asociado hablar de compensación, de pagos y de artistas.
Hace ya tiempo que mis gustos caminan lejos de los de la música mayoritaria, pero también es cierto que en la última década mi opinión sobre muchos de los temas asociados a éste, han ido cambiando. Mi opinión sobre el libre acceso a la cultura se ha ido modulando un poco en ciertos aspectos y es que en ésos debates de finales de los 90 y principios del 2000 se hablaba mucho de la necesidad de la existencia de éstas asociaciones o de la necesidad de su desaparición y en mi opinión poco del tema principal.
La necesidad de que los artistas sean remunerados por sus obras.
Disfruto como un loco cuando puedo comprarle a los artistas sus obras en BandCamp. A ellos directamente. Y a través de ahí se abre un canal de contacto mediante el que me informan de sus lanzamientos, conciertos y a veces incluso se establece una breve conversación. Entiendo que es un modelo difícilmente escalable a una economía de mercado, pero es del que más disfruto.
Pero es que incluso en ése territorio la SGAE no es eficiente, al parecer. Su finalidad es precisamente ésa, asegurarse que los artistas son remunerados por su trabajo y en los últimos años hay docenas de artículos donde leemos que lo hacían, si, pero con unos pocos.
Sinceramente, no tengo nada claro cuál es la solución o la mejor vía. Sé que el camino tecnológico no tiene marcha atrás pero creo que el modelo de penalización al ciudadano funciona mal.
Lo que si se, es que no me parece aceptable que las leyes se escriben al paso que marquen según qué agentes:
http://rvr.linotipo.es/2010/12/wikileaks-y-ley-sinde-el-plan-de-eeuu.html
Por eso entro al trapo de algunas cosas.
Lo que me encantaría ver es una conciencia alrededor de que los artistas que nos gustan no viven del aire. Que es necesario compensar el consumo de sus obras para que puedan vivir dignamente y seguir creando. Que en ése proceso en el que el artista crea, no está sólo el artista; está el artista, los músicos, la gente que graba, los dueños de los estudios, la gente que edita, que distribuye, que organiza los conciertos y los que conducen las camionetas que mueven el equipo y que toda ésa gente o puede comer de su trabajo o el proceso de creación se degrada, desaparece o queda relegado exclusivamente al que, económicamente se lo puede permitir.
Y es que sucede que no son necesariamente ésos artistas los que más me molan.
Mientras decía ésto, me he hecho con el disco nuevo de Khemmis en su bandcamp pensando que ojalá los pudiera ver en directo y a sabiendas de que difícilmente se puedan permitir una gira que pase por Madrid sabiendo que es dificilísimo y eso que no son una banda particularmente oscura. Vamos que son conocidos en prensa especializada y tal... y están en Nuclear Blast.