Se viene tocho tochísimo, mis disculpas pero…
A raíz de lo último que me ha pasado con este constructor español de pedales “Boutique”, Lo Fi Mind Effects, quería contar mi experiencia con esta marca, tengo dos pedales a la venta y moralmente no puedo ocultar mi descontento, y sobre todo los problemas que he tenido, a los posibles compradores de mis pedales. Lógicamente lo trasladaré también a su muro (forero Caveman).
Arrancamos…
En abril de 2020 conocí los trabajos de César a través de la sección de compraventa. Visualmente me fliparon sus diseños, igual que el sonido en sus demos. La verdad que en ese sentido el chaval se lo curra y llama la atención. Leyendo los comentarios de su muro y viendo que daba garantía de por vida me dio buen rollo y contacté con él, muy amable, nos intercambiamos los móviles y a partir de ahí todo por Whatsapp… muy buen rollo, simpático y amable, de pm como debe ser.
Empezaron a caer los pedidos. El primero fue el Bigfutz, necesitaba una combinación compacta de dos circuitos (Tone Bender MKII y Big Muff Ruso), y aproveché el pedido para encargarle un Univibe. Nada más llegar el Bigfutz me di cuenta que algo no iba bien, descompensación de volúmenes, y sobre todo intermitencia en la señal. El Univibe en principio sin problemas. Contacté con él por videollamada para que viera lo que pasaba y muy amable me indicó que se lo enviara y que lo solucionaba. He de decir que soy un negao en electrónica, y hasta ese día no había abierto un pedal en mi vida. Después de varias semanas me lo devolvió y al probarlo vi que sonaba bien y aparentemente el problema lo había resuelto. De pm, le pido otro pedal, un Rangemaster. Bien, lo pruebo y todo ok. Hablamos de verano de 2020, no hay bolos, no hay ensayos, nada de nada. El grupo se había disuelto.
Los pedales se quedan en el local. Me vuelvo a juntar con dos de los colegas del grupo anterior y empezamos nuevo proyecto con algún miembro nuevo. Hablamos del primer trimestre de 2021. El estilo es diferente y los pedales siguen ahí, con uso muy esporádico cuando estaba solo en el local (pocas veces). En ese momento saca unas versiones que flipas de Tone Bender, cajas grandes y sonido muy guapo. Le pido dos pedales más (MKII caja grande y Fue Face caja normal rollo oxidada). Los pedales suenan de vicio y me decido por pedirle otro más, el MKI caja grande. Contamos 6 hasta la fecha. Después de verano hablamos porque he probado el Bigfutz y el Univibe para incorporarlos al repertorio de la banda y me han fallado los dos, todo de buen rollo. Me dice que sin problemas y que en cuanto le lleguen me dirá algo. Ahí empieza el calvario.
Se los envío en octubre 2021 creo recordar. Cuando le llegan me dice que no me preocupe que estarán para Navidad sin problemas. Ok. Pasan las navidades y a finales de enero le pregunto y me dice que están bastante mal, que seguramente los va a reconstruir pero que no me preocupe que los tendré pronto de vuelta, que todo corre por su cuenta porque tiene errores de construcción y se hace responsable por la garantía. A todo esto le informo que en junio tenemos el primer bolo, que por lo menos el Bigfutz me gustaría tenerlo un mesecito antes para las pruebas con la banda y tal. Sin problemas, todo de buen rollo. De vez en cuando hablamos de otras movidas, que si el grupo Fuzz ha sacado nuevo disco, que si vienen a tocar a Madrid, incluso de sus diseños de los nuevos pedales, vamos, de música y pedales en general.
Van pasando las semanas, llegamos a abril de 2022, han pasado 6 meses más o menos desde que se los envié. Le vuelvo a escribir amablemente y con buen rollo, “venga tío, como van mis enfermos, acuérdate que se me está echando el tiempo encima…, y tal y cual”, ya digo, como si hablara con un colega como hasta ese momento. De repente se me cae un mito, su contestación es tajante, rozando la mala educación, bueno, rozándola no, claramente con mala educación, lo último que espera un cliente recibir cuando reclama amablemente sus derechos como consumidor, o recibir de una persona con la que hasta ese momento todo han sido buenos rollos. Pero bueno, un mal día lo tiene cualquiera y sigo contestando con amabilidad sin tener en cuenta sus faltas de respeto, no entro al trapo. Incluso le intento aportar soluciones si no dispone de tiempo para solucionar mi problema, que me devuelva las cajas y los componentes, que ya me apaño yo con mi Luthier, a lo que se niega y acabamos la conversación con un “déjame trabajar tranquilo y no me metas presión, cuanto más coñazo me des más voy a tardar”. Doy por zanjada la conversación y ya solo me queda esperar a que tenga un hueco y se ponga con mis pedales. No sé si tenérselo en cuenta o no, ya digo, un mal día lo tiene cualquiera.
Llega verano, los bolos, pasa verano, sigo sin mis pedales, llega finales de septiembre y le vuelvo a preguntar, sigue sin tocarlos.
Llega noviembre, ha pasado más de un año con mis pedales, me contesta lo mismo, le pido que me devuelva el dinero a lo que se niega, esta vez su discurso es educado, menos mal, pero mi paciencia ha llegado a un límite. Cojo todos los pedales suyos que tengo, los que funcionaban bien, aunque alguno me flipaba, y los saco a la venta, junto con más equipo que ya no necesitaba. Lo vendo todo, palmo pasta, me da igual, les estoy empezando a coger asco.
Mi cabreo va en aumento, le doy vueltas incluso a ponerlo en manos de mi abogado para al menos hacer algo de ruido. Me digo a mi mismo, vamos a esperar un poquito más.
Llega febrero y por fin contacta conmigo y me envía el Bigfutz todo modificado, el Univibe me dice que aún no lo tiene, pero como compensación me envía de regalo un Thee Asid, sí, el pedal que tengo ahora mismo a la venta, después de casi 4 meses más doy por perdido mi Univibe, pero bueno, al menos tengo el Thee Asid. Los pruebo, funcionan. ¡¡Bien!!. Le agradezco el gesto públicamente.
Hace unas semanas los pongo a la venta, no los necesito. Un compañero de foro me pide una demo del Bigfutz, se la hago y se la paso, todo perfecto. Al final se queda otro pedal porque no era el sonido que buscaba y le recomiendo el Don Poniz Black Magic, se lo compra.
Pasan las semanas y siguen a la venta, meto la opción de cambio porque me hacen falta ciertos pedales que no tengo. Cierro un intercambio con otro compañero de foro en el que entrego el Thee Asid y dinero por un pedal suyo. Por suerte es también de Valencia y quedamos al lado de su casa. Cojonudo, los dos contentos. Bien!!! Bi..!!! B..!!!… Nooooo!!!! Maaaal!!!!… Llega el compañero a su casa y lo prueba. Me llama, “hostia Javi, que ha sido conectarlo y empezar a fallarme por todos los sitios, suena intermitente y el led no funciona, esto está mal soldado seguro (el compañero entiende del tema, se construye muchos de sus pedales). Se me cae la cara de la vergüenza, gilipollas de mí por no haberlo probado antes de llevárselo, por suerte todavía estaba por su zona y deshacemos el intercambio. Me disculpo. Vuelven los fantasmas del pasado, ni de coña llamo a César, no tiene sentido. Automáticamente llamo a mi Luthier (en mi opinión y en la de muchos el mejor de Valencia). Se lo llevo y aprovecho para llevarle el Bigfutz, después de la experiencia solo falta que empiece también a fallar a las dos semanas. Se los dejo el viernes. El Luthier flipa, pero mucho, soldaduras mal hechas, leds mal colocados que cortocircuitan, vamos, que la calidad de construcción es para ponerse a llorar. Por suerte mi Luthier sabe lo que se hace, recompone soldaduras, desencaja, encaja, hace todo lo que debe hacerse, tanto en un pedal como en el otro. Estamos a martes, han pasado dos días desde que se los llevé, ya están como nuevos, suenan de la hostia, sin fallos, construcción top, no me ha salido barata la broma, pero sé que ya no me van a poder colorear la cara por vender ninguno de los dos pedales. Como decía, el Univibe lo doy por perdido, estos dos palmo pasta por todos los lados, pero me da igual, ni uno más de este constructor. Lo que está claro es que moralmente no debía ponerlos a la venta sin explicar el cómo y el por qué. Siento que haya acabado así, pero después de esta última ya no puedo callarme.
Si has llegado hasta aquí darte las gracias por tu lectura y mucho rock.
A raíz de lo último que me ha pasado con este constructor español de pedales “Boutique”, Lo Fi Mind Effects, quería contar mi experiencia con esta marca, tengo dos pedales a la venta y moralmente no puedo ocultar mi descontento, y sobre todo los problemas que he tenido, a los posibles compradores de mis pedales. Lógicamente lo trasladaré también a su muro (forero Caveman).
Arrancamos…
En abril de 2020 conocí los trabajos de César a través de la sección de compraventa. Visualmente me fliparon sus diseños, igual que el sonido en sus demos. La verdad que en ese sentido el chaval se lo curra y llama la atención. Leyendo los comentarios de su muro y viendo que daba garantía de por vida me dio buen rollo y contacté con él, muy amable, nos intercambiamos los móviles y a partir de ahí todo por Whatsapp… muy buen rollo, simpático y amable, de pm como debe ser.
Empezaron a caer los pedidos. El primero fue el Bigfutz, necesitaba una combinación compacta de dos circuitos (Tone Bender MKII y Big Muff Ruso), y aproveché el pedido para encargarle un Univibe. Nada más llegar el Bigfutz me di cuenta que algo no iba bien, descompensación de volúmenes, y sobre todo intermitencia en la señal. El Univibe en principio sin problemas. Contacté con él por videollamada para que viera lo que pasaba y muy amable me indicó que se lo enviara y que lo solucionaba. He de decir que soy un negao en electrónica, y hasta ese día no había abierto un pedal en mi vida. Después de varias semanas me lo devolvió y al probarlo vi que sonaba bien y aparentemente el problema lo había resuelto. De pm, le pido otro pedal, un Rangemaster. Bien, lo pruebo y todo ok. Hablamos de verano de 2020, no hay bolos, no hay ensayos, nada de nada. El grupo se había disuelto.
Los pedales se quedan en el local. Me vuelvo a juntar con dos de los colegas del grupo anterior y empezamos nuevo proyecto con algún miembro nuevo. Hablamos del primer trimestre de 2021. El estilo es diferente y los pedales siguen ahí, con uso muy esporádico cuando estaba solo en el local (pocas veces). En ese momento saca unas versiones que flipas de Tone Bender, cajas grandes y sonido muy guapo. Le pido dos pedales más (MKII caja grande y Fue Face caja normal rollo oxidada). Los pedales suenan de vicio y me decido por pedirle otro más, el MKI caja grande. Contamos 6 hasta la fecha. Después de verano hablamos porque he probado el Bigfutz y el Univibe para incorporarlos al repertorio de la banda y me han fallado los dos, todo de buen rollo. Me dice que sin problemas y que en cuanto le lleguen me dirá algo. Ahí empieza el calvario.
Se los envío en octubre 2021 creo recordar. Cuando le llegan me dice que no me preocupe que estarán para Navidad sin problemas. Ok. Pasan las navidades y a finales de enero le pregunto y me dice que están bastante mal, que seguramente los va a reconstruir pero que no me preocupe que los tendré pronto de vuelta, que todo corre por su cuenta porque tiene errores de construcción y se hace responsable por la garantía. A todo esto le informo que en junio tenemos el primer bolo, que por lo menos el Bigfutz me gustaría tenerlo un mesecito antes para las pruebas con la banda y tal. Sin problemas, todo de buen rollo. De vez en cuando hablamos de otras movidas, que si el grupo Fuzz ha sacado nuevo disco, que si vienen a tocar a Madrid, incluso de sus diseños de los nuevos pedales, vamos, de música y pedales en general.
Van pasando las semanas, llegamos a abril de 2022, han pasado 6 meses más o menos desde que se los envié. Le vuelvo a escribir amablemente y con buen rollo, “venga tío, como van mis enfermos, acuérdate que se me está echando el tiempo encima…, y tal y cual”, ya digo, como si hablara con un colega como hasta ese momento. De repente se me cae un mito, su contestación es tajante, rozando la mala educación, bueno, rozándola no, claramente con mala educación, lo último que espera un cliente recibir cuando reclama amablemente sus derechos como consumidor, o recibir de una persona con la que hasta ese momento todo han sido buenos rollos. Pero bueno, un mal día lo tiene cualquiera y sigo contestando con amabilidad sin tener en cuenta sus faltas de respeto, no entro al trapo. Incluso le intento aportar soluciones si no dispone de tiempo para solucionar mi problema, que me devuelva las cajas y los componentes, que ya me apaño yo con mi Luthier, a lo que se niega y acabamos la conversación con un “déjame trabajar tranquilo y no me metas presión, cuanto más coñazo me des más voy a tardar”. Doy por zanjada la conversación y ya solo me queda esperar a que tenga un hueco y se ponga con mis pedales. No sé si tenérselo en cuenta o no, ya digo, un mal día lo tiene cualquiera.
Llega verano, los bolos, pasa verano, sigo sin mis pedales, llega finales de septiembre y le vuelvo a preguntar, sigue sin tocarlos.
Llega noviembre, ha pasado más de un año con mis pedales, me contesta lo mismo, le pido que me devuelva el dinero a lo que se niega, esta vez su discurso es educado, menos mal, pero mi paciencia ha llegado a un límite. Cojo todos los pedales suyos que tengo, los que funcionaban bien, aunque alguno me flipaba, y los saco a la venta, junto con más equipo que ya no necesitaba. Lo vendo todo, palmo pasta, me da igual, les estoy empezando a coger asco.
Mi cabreo va en aumento, le doy vueltas incluso a ponerlo en manos de mi abogado para al menos hacer algo de ruido. Me digo a mi mismo, vamos a esperar un poquito más.
Llega febrero y por fin contacta conmigo y me envía el Bigfutz todo modificado, el Univibe me dice que aún no lo tiene, pero como compensación me envía de regalo un Thee Asid, sí, el pedal que tengo ahora mismo a la venta, después de casi 4 meses más doy por perdido mi Univibe, pero bueno, al menos tengo el Thee Asid. Los pruebo, funcionan. ¡¡Bien!!. Le agradezco el gesto públicamente.
Hace unas semanas los pongo a la venta, no los necesito. Un compañero de foro me pide una demo del Bigfutz, se la hago y se la paso, todo perfecto. Al final se queda otro pedal porque no era el sonido que buscaba y le recomiendo el Don Poniz Black Magic, se lo compra.
Pasan las semanas y siguen a la venta, meto la opción de cambio porque me hacen falta ciertos pedales que no tengo. Cierro un intercambio con otro compañero de foro en el que entrego el Thee Asid y dinero por un pedal suyo. Por suerte es también de Valencia y quedamos al lado de su casa. Cojonudo, los dos contentos. Bien!!! Bi..!!! B..!!!… Nooooo!!!! Maaaal!!!!… Llega el compañero a su casa y lo prueba. Me llama, “hostia Javi, que ha sido conectarlo y empezar a fallarme por todos los sitios, suena intermitente y el led no funciona, esto está mal soldado seguro (el compañero entiende del tema, se construye muchos de sus pedales). Se me cae la cara de la vergüenza, gilipollas de mí por no haberlo probado antes de llevárselo, por suerte todavía estaba por su zona y deshacemos el intercambio. Me disculpo. Vuelven los fantasmas del pasado, ni de coña llamo a César, no tiene sentido. Automáticamente llamo a mi Luthier (en mi opinión y en la de muchos el mejor de Valencia). Se lo llevo y aprovecho para llevarle el Bigfutz, después de la experiencia solo falta que empiece también a fallar a las dos semanas. Se los dejo el viernes. El Luthier flipa, pero mucho, soldaduras mal hechas, leds mal colocados que cortocircuitan, vamos, que la calidad de construcción es para ponerse a llorar. Por suerte mi Luthier sabe lo que se hace, recompone soldaduras, desencaja, encaja, hace todo lo que debe hacerse, tanto en un pedal como en el otro. Estamos a martes, han pasado dos días desde que se los llevé, ya están como nuevos, suenan de la hostia, sin fallos, construcción top, no me ha salido barata la broma, pero sé que ya no me van a poder colorear la cara por vender ninguno de los dos pedales. Como decía, el Univibe lo doy por perdido, estos dos palmo pasta por todos los lados, pero me da igual, ni uno más de este constructor. Lo que está claro es que moralmente no debía ponerlos a la venta sin explicar el cómo y el por qué. Siento que haya acabado así, pero después de esta última ya no puedo callarme.
Si has llegado hasta aquí darte las gracias por tu lectura y mucho rock.
