Cuando muera...
Cuando muera,
quiero mi guitarra de mortaja
quiero sus cenizas con las mías
confundidas en una sola.
Que su alma y la mía sean espíritu único
que su madera se adhiera a mi piel
que mis olores y podredumbres
se purifiquen con sus vetas.
Cuando mi cuerpo descanse
su sonido cesará.
No resonarán sus cuerdas,
ni vibrará mi alma
con los arpegios
o con el retumbar de sus bordones.
Quiero mi guitarra de mortaja
y esperar que nuestras cenizas
sean polvo de la tierra.
Si algún insensato
profana mi tumba
encontrará seis cuerdas
tendidas a lo largo de mis huesos.
Ana María Hernández Guerra
Poema Guitarra
Habrá un silencio verde
todo hecho de guitarras destrenzadas
La guitarra es un pozo
con viento en vez de agua.
Gerardo Diego
Las seis cuerdas
La guitarra,
hace llorar a los sueños,
el sollozo de las almas perdidas,
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.
Federico García Lorca
Tu Guitarra
Eres un eximio concertista,
tus dedos sobre mi diapasón,
los deslizas como gran artista;
mis suspiros ardiente canción.
Suavemente tocas mis clavijas,
con maestría, tensas mis cuerdas,
mis gemidos doradas harijas;
te arrullan y envuelven como sedas.
Soy tu gran caja de resonancia,
te ofrezco mis más bellos conciertos,
de tierna pasión y exuberancia,
del pentagrama somos libertos.
Sedas blancas son el escenario,
guitarra y concertista se entregan,
de esta pasión eres libertario,
tus besos en mis curvas navegan.
Envueltos en nuestra sinfonía,
de dulzura, caricias y besos;
nos entregamos con osadía,
a la vertiente de los excesos.
Pérez Romero