Estaba en el Alcampo de Pío XII y veo que tienen una acústica y una española en venta. De las de tipo “cartón-piedra” más que de madera. Aún así, me acerco, paso los dedos por las cuerdas de la acústica y, ¡leche, está afinada! Total que como la guitarra está en una especie de soporte cerrado con una brida y no se puede sacar, hago unos acordes y veo que no suena nada mal. Miro el precio y 77 euros.
Aquí comienza lo surrealista. Veo al encargado de la zona y está es nuestra conversación:
-Yo: Disculpa, veo que el soporte tiene esta brida puesta y me gustaría probar esta guitarra, que me ha sorprendido la verdad. ¿Sería posible quitarla para probar la guitarra?
- Vendedor: No
-Yo: ¿Entonces pretendes que compre una guitarra sin probarla?
Vendedor: Sí
-Yo: Pues nada, suerte.
Se da la vuelta y se pira, y me quedo con una cara de anormal que tira para atrás.
Es una chorrada pero a la vez es una muestra del catetismo de algunos...