"...Hoy los que quieren controlar el negocio sin preocuparse de protocolos artísticos han echado fuera al rock y al jazz para dedicarse a hacer pasta en grandes cantidades a toda velocidad con la música más facilona y banal. El negocio de la música ahora mismo es un factor de destrucción de cultura que dibuja un horizonte muy oscuro para las nuevas generaciones..."
Brutal, pero tengo que estar de acuerdo.
Lo leí ya hace un par de semanas. También me gusta lo de utilizar los sonidos rotos por su mimetismo con los de los tonos de los móviles para captar subliminalmente al oído joven, acostumbrado a ellos.
Santiago Auserón es una persona con la que se podrá o no estar de acuerdo (yo en este caso lo estoy), pero es una persona muy culta. Lo demostró/demuestra en sus letras y en sus declaraciones.
Que consté que no soy seguidor específicamente, más allá de algún momento concreto de Radio Futura, pero cuando coincide que lo oigo hablar/lo leo, le presto atención.
Bueno, ésto es un poco lo que veníamos diciendo algunos en el hilo sobre el reguetón.
Que a la gente le gusta, sí, es masivo, sí, pero eso no lo hace bueno.
Yo tampoco soy seguidor de Auserón, y sin gustarme casi me va más en solitario que cuando estaba en Radio Futura, a cada cual sus gustos, pero suelo estar de acuerdo con él.
Claro porque lo de Radio Futura en su día era una delicatessen para los paladares mas exquisitos ¿no? Tocaba Pat Martino y luego ellos... Venga hombre, la historia se repite, la música actual es lo que la sociedad actual demanda, hay música de todo tipo para todo tipo de públicos. El negocio comercial de la música siempre ha ido a lo que mas ganancia da.
Pero en el mundo del rock, escúchate el ultimo trabajo de Robe Iniesta, y mira lo que esta generando tanto a nivel de asistencia en sus conciertos como de escuchas en plataformas digitales (que es lo que seria equiparable ahora a vender discos). Lo que puede que se eche en falta son talentos que hagan productos de calidad y hay muchos músicos que tuvieron éxito en el pasado que ahora no se comen nada porque no generan interés alguno debido a que su nivel no cumple ni un minimo actualmente. Pero es mejor quejarse de que lo que hay ahora es una mierda y que los medios no te dejan espacio, cuando tienes en las redes el altavoz mas grande y abierto al mundo que ha habido en la historia.
El problema es mas social, de todas formas, y eso viene del bajo nivel cultural y la falta de comparativa y exigencia de la peña.
Y aparte creo que se da una idea equívoca de los gustos de la gente. No hay una imagen real, digámoslo así. Mucha gente escucha musica que no se mide estadísticamente mas que en compra de discos. Yo no uso Spotify y escucho muchísima música, por ejemplo. Que un niñato escuche cuarenta veces un tema de j Balbin en una plataforma cuenta mas que el porron de veces que yo he escuchado mi mp3 de Alter Bridge o el CD en casa. Las descargas piratas no se contabilizan tampoco.
Es como el mito de la caverna.
#1
Mejor así,por que hay cada perla actual y del pasado,que me provocan náuseas y hay siguen dando guerra,a la basura y en bandeja de plástico por favor!!
Reconozco que de la música popular que se hizo en España en los 80, Radio Futura es de esos que han envejecido mejor y de los que más me han interesado con el tiempo. Santiago Auserón es un tipo muy inteligente, puedes estar en línea de lo que piensa o no, pero siempre merece la pena escuchar o leer lo que dice. Hay una frase en la entrevista que, personalmente, matizaría:
"Hoy la palabra cultura es sospechosa. La cultura occidental son talent shows, el mainstream del negocio musical digital."
Para mí no hoy, desde hace décadas, ha sido así: sospechosa. Fassbinder dijo algo parecido a lo siguiente: "La cultura es la serpiente en el estómago de la serpiente"; y es que mercado y cultura han ido siempre de la mano, y la manipulación del primero al segundo ha facilitado que la percepción de lo que es cultura no pase más que de lo que es la hiperrealidad. Con dieciocho años, mucha gente con la que yo me juntaba, había leído a Sartre, Baudelaire, Joyce, Camus o a Louis-Ferdinand Céline, y el mercado tenía cosido un traje a nuestra medida llamado arte para que, incluso clamando que éramos "contraculturales", no fuéramos más que aquello que deseaban que fuéramos: carne que consumía contracultura, pero que consumía al fin y al cabo. Con los años te das cuenta de que no había tanta diferencia entre los que íbamos a contracorriente de aquellos que se pasaban los días entre éxtasis, meta y Chimo Bayo, me refiero a un punto de vista mercantilista: yo me pasaba tardes enteras en los Renoir o la filmoteca, gastando en viejos vinilos de jazz o nuevos discos de grupos entonces desconocidos por el público general, en revistas especializadas, en locales de ocio relacionados con ese pequeño universo que creíamos único, en teatro alternativo: los "culturetas" teníamos un traje a medida también. Supongo que hoy han visto cuál es el perfil de consumidor genérico y potencian un producto que le vaya como un guante. Estamos en la era de lo inmediato, del texto corto, de la carencia de atención o detalle, e incluso de la falta de rigor crítico; también en los 80 había quien no sabía ni cómo juntar dos notas y desafinaban cantando como un gato atropellado y, oye, en el Penta lo petaban.