Para que se produzca una situación favorable a un pacto entre PSOE y PP a nivel nacional hacen falta varios cambios:
1. Ambos partidos deben respetar los gobiernos de los demás. Pasarte 5 años diciendo que un gobierno es ilegítimo, frankenstein y poniendo piedras en el camino en situaciones de crisis, no ayuda a generar un clima de confianza. Los resultados de las elecciones son sagrados. La voluntad democrática no se cuestiona. Los votantes no "votan mal".
2. Para generar ese clima de confianza debe haber una base mínima de consensos de estado. En otras ocasiones se ha producido, no es complicado.
3. Los perfiles de los líderes y equipos de dirección de los partidos deben ser más técnicos y menos ideológicos. No es lo mismo sentarse en una mesa de negociación con Carmen Calvo que con Nadia Calviño. Tampoco es lo mismo sentarse con Ayuso o con García-Margallo. Eso no quiere decir que se dejen de lado los objetivos ideológicos de los partidos, simplemente quiere decir que los perfiles técnicos tienen un mayor nivel de pragmatismo, suelen aceptar soluciones de consenso intermedias. La solución (como objetivo inmediato e intermedio) se prioriza frente al fin último (como objetivo ideológico a largo plazo).
4. El estilo de comunicación, incluyendo a la prensa, debe ser favorable al entendimiento en lugar de buscar la confrontación. Eso implica hablar más de temas técnicos, y con otro nivel, que de temas ideológicos simplificados hasta el retorcimiento.
5. El debate político debe ser, pues, totalmente técnico. Hacer política rastrera invocando a ETA, jugar con las cifras de la ocupación, hablar de golpes de estado o de peligro para la democracia, o para las propiedades privadas... Toda la hipérbole mediática es absolutamente contraria al entendimiento, y se debería cortar de raíz desde los poderes políticos, y sobretodo desde los poderes económicos. Perjudica el desarrollo.
6. Europa, la Agenda 2030 (que conozco de sobra) y los objetivos de desarrollo sostenible, la independencia alimentaria, tecnológica, industrial y económica, deberían ser la prioridad común de todas las fuerzas políticas. Las conspiranoias respecto a la Agenda 2030 retrasan nuestro desarrollo. Esto incluye comenzar con el debate de la transformación del sistema educativo en un mundo digitalizado en el que la IA es una realidad de la que no debemos convertirnos en dependientes. Europa tiene definidos ya los sectores estratégicos para nuestra supervivencia en los próximos lustros. ¿Por qué no forman parte ya del centro del debate político?
https://planderecuperacion.gob.es/como-acceder-a-los-fondos/pertes
7. Deberían existir unos mínimos consensos respecto a lo que es aceptable por parte de la mayoría social, respecto a los extremismos. Negar el cambio climático, por ejemplo, debería tener consecuencias. Mentir descaradamente o lanzar proclamas de odio debería tener consecuencias. Quizá no penales, pero sí sociales. Las fuerzas políticas que defiendan estupideces deberían quedar aisladas. Y respecto al cambio climático hablamos de VOX, pero Podemos (no Sumar) lanza ideas al debate que en muchas ocasiones son contrarias al interés común de la sociedad. Ambos grupos están de bajada, deberían tomar nota los grupos que están de subida.
8. La convivencia debe ser una prioridad absoluta para todos. Utilizar la confrontación social (como en el caso del independentismo y el nacionalismo español) como herramienta política para ganar votos, debería estar severamente penalizado en votos. Al menos en votos. En esta ocasión así ha sido.
9. El respeto al adversario político debe ser escrupuloso. Delante no tienes a un enemigo, sino a una persona que piensa diferente a tí y que está igualmente interesada en el Bien Común. Aunque su concepto de Bien Común y el tuyo difieran tanto en el fin como en los medios. El acuerdo entre personas es posible, entre enemigos acérrimos no.
10. El mejor ejemplo de esto es la mesa del Pacto Social, en la que Patronal y Sindicatos, con mediación del Gobierno, se sientan a alcanzar acuerdos. Si ellos pueden, podemos todos. Permitir que algunas fuerzas pretendan dinamitar las mesas de diálogo es perjudicial para la democracia. Fomentarlo desde algunos medios y partidos es absolutamente inmoral.
Bueno, aquí mi análisis.
Una última cuestión. Fuera del nivel de los partidos, todos los ciudadanos tenemos una serie de sentimientos que tienen que ver con todo esto, y que manifiestan realidades sobre las que es dificil que cambiemos de opinión, incluso aunque no sean muy racionales. Siempre y cuando estas realidades no confronten con los derechos de otros, deberían ser sagradas. Hoy es festivo en CyL porque Vox quiere eliminar la festividad de los comuneros (porque les suena a comunista, aunque no tenga nada que ver). Jugar con los símbolos innecesariamente es una estupidez política que no ayuda a nadie.
En fin, para que este decálogo cale en la sociedad, hacen falta cambios profundos en la estructura actual de los principales partidos, pero otros minoritarios ya lo están llevando a cabo, y van de subida. La realidad social de España es la de gente pragmática que busca constantemente consensos, que por otra parte no son difíciles de alcanzar.