#224 Vi el docu hasta el final, y sí es cierto que según avanza van haciendo la bola más grande y llega un momento en que la cosa toma un tinte conspiranoico que ya va siendo difícil de tragar. Pero está estupendamente hecho; el enunciado inicial es tan sorprendente que lo flipas y engancha (tú mismo te fuiste a por partituras; te colaron el gol, Tom jaja...). Me guardo la cachondada esta para soltársela a alguno.
Tom Tom Tombola escribió:
Luego lo de que Mozart eran muchos, una "marca", eso es brutal, si hay alguno que cae con eso es pa matarnos.
Ahí es cuando empiezan a tirar ya mucho del hilo y la cosa se desmadra; a partir de ahí te intentan colar demasiado; pero bueno, también he de decir que en ese momento ya me habíais desvelado la cosa.
Tom Tom Tombola escribió:
un poco de broma que no nos pongamos demasiado serios
Y qué bien hiciste, estuvo genial. Es que una tertulia sin picadas humorísticas no es seria: se queda en lo pretencioso.
Tom Tom Tombola escribió:
no es por presumir pero alguno he tenido entre mis manos. Y joder que emoción chicos, lo que te sube por la espina
Pues sí que es para presumir; el espinazo estremecido totalmente, ya te digo.
Un amigo pianista de vista guiada en un teatro vienés se escaqueó del grupo para sentarse a un clavicordio (me parece) que allí tienen en perfecto orden de uso, lo utilizan en funciones, y que en su momento consta que tocó Mozart. Empezó a tocar algo esperando que lo echaran inmediatamente, pero había ponderado esa reacción y consideró que bien valía la pena darse el lujazo. Pues se le acercó el segureta sonriendo, esperó que acabara un par de fraseos y se diera por satisfecho, y le hizo gesto de que se reincorporara al grupo, que ya le aplaudía; le dijeron que no era el primer osado en marcarse unos compases de escaqueo, pero en ningún momento le recriminaron la cosa (es buen músico); luego hablan tanto de la Viena devoradora de músicos, pero al menos parece que allí respetan un buen hacer. Aquí a mí me han recriminado en El Prado por mirar cuadros demasiado cerca de la barrera esa de tela trenzada que les ponen delante; remarco:
mirar demasiado cerca de la barrera. Que cada quien extraiga, si gusta, conclusiones.
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Tom Tom Tombola escribió:
un reloj así como de aparador, grandecito, que no me acuerdo a qué hora toca una melodía a cuerda original y exclusiva de Mozart (rollo caja de música, no se si me explico), totalmente certificado por los especialistas. A su vez, esta misma melodía viene de un reloj mucho más grande del mismo fabricante o algo así, no me acuerdo bien
¿Original de Mozart para un ingenio mecánico músical? Por los dioses, qué tesorazooo...; qué cosa tan barroca y seguramente muy del gusto del juguetón Mozart, tan voluble y sentimental en su vida personal.
Desde el siglo XVI se conocen autómatas músicos. Tengo referencias de algún museo, creo que recordar que en Viena, donde se conservan algunas de estas piezas, alguna de ellas de fabricación española, por cierto.
A colación de estos ingenios, suele citarse un episodio guitarrístico acontecido en la culta Francia de mediados del XVII; ahí va, tertulianos:
En en esa época residía en Aix-en-Provence un matemático, mecánico y músico de nombre Allix que construyó un autómata a escala natural en forma de esqueleto que tocaba la guitarra. No se conoce el sistema mediante el que lo hacía; por la tecnología de la época bien podría haberse tratado de que la guitarra del robot fuera una caja de música que tañía una o varias melodías, de que el esqueleto fuera un aparato de relojería que tocaba por sí mismo programado de alguna manera, o incluso que fuera un ingenio eólico que respondía por ecos y resonancias al instrumento tocado por Allix, pues el hecho es que en su casa, sentados uno frente a otro, tocaban a dúo. Como el clima de la zona permite abrir ventanas, los paisanos eran testigos de tan chocante escena.
Siempre hay vecinos a quienes molesta la música, bien lo sabremos nosotros, así que pronto alguien fue con el soplo a la Inquisición, que acusó al matemático de brujería, cual era su afición, y tras juicio ante el tribunal de la Chambre de Tournelle, que no consideró que el invento fuera el inocente juguete que afirmaba el ingenioso músico Allix, fue condenado a morir colgado y quemado, simultáneamente; eso sí, en compañía del muñeco y sus instrumentos. En sentencia ejecutada en la plaza del mercado de Aix-en-Provence, en pro de la serenidad del populacho y la satisfacción de autoridades, en el año de Nuestro Señor de 1664.