Madre mía, el flamenco puede parecer sencillo a algunos, pero es muy complicado.
Desde chaval me fascinaba ver en la TV a Paco de Lucía cuando estalló su "Entre dos aguas", y fue uno de los culpables de que me comprasen un guitarra (los Beatles y Dylan, también...).
Debo llevar como 40 años estudiando poco a poco, y de forma intermitente, flamenco, no para tocarlo, que nunca seré capaz, más allá de llevar un poco el ritmo y tocar los acordes para acompañar los cantes fundamentales, no para tocarlo, digo (salvo para mi), sino para entenderlo, y por lo que me aporta al manejo de la guitarra y en sus conexiones con otras músicas.
Desde luego creo que, para entenderlo, lo primero es escucharlo bastante, lo segundo, ir aprendiendo a reconocer los cantes, pero CANTADOS, y luego ya ir viendo cómo los diferentes guitarristas, antiguos y modernos, han ido aplicando en la guitarra solista los distintos palos.
A todo el mundo le suelen decir que, para aprender a cantarlo, lo primero es cantar "detrás" (del baile), y luego ya ir aprendiendo a cantarlo como solista.
Yo diría que con la guitarra es un poco igual, en este caso aprender a tocarlo "detrás" del cante y del baile, y luego ya ir buscando cómo tocan los clásicos y los modernos, que vienen en buena medida de la revolución que se montó Paco de Lucía, y que saben a menudo bastante de música (recomiendo escuchar a gente como Rafael Riqueni o Vicente Amigo, o Niño Josele, etc.).
Para reconocer los cantes, a mi me sirvieron sobre todo dos aspectos, uno el compás, y otro los modismos de las letras y el estilo de interpretación vocal de cada uno.
No he encontrado en ningún sitio, en muchos años de estudio y escucha del flamenco, una clasificación sencilla y con un buen esquema, pero entre la "Memoria del Flamenco" de Félix Grande, que leí hace más de 40 años, y numerosas adiciones que he ido recogiendo poco a poco desde entonces (interesante el libro de Gamboa, también), acabé metiéndome poco a poco en la armonía.
Antes, mucho antes, aprendí a reconocer los principales palos, cantados.
Sin pretender ser exhaustivo, tendríamos los palos más arcaicos, como la toná, el polo, o el martinete, de los cuales devienen muchos de los posteriores.
Sin embargo, creo que es más fácil empezar por los grupos básicos actuales, y luego retrotraerse, creo que se entienden mejor así.
De todo lo que he leído y escuchado, me quedo con dos dicotomías que ayudan bastante a distinguirlos.
Una es por COMPÁS
Estarían los ternarios (los principales y más conocidos de este grupo serían las alegrías, con su variante de cantiñas, las bulerías, la soleá y la seguiriya; los pongo "por orden de menos a más jondura", luego lo explico).
Los cuaternarios más conocidos serían tangos, tientos y rumba.
Los fandangos son muy variados, según su origen, y tienen tiempos que no se cantan/tocan igual en todas partes, los más conocidos son los de Huelva, pero hay muchos más.
Luego están otros cantes, que a veces se denomina según su origen (mineras, granaína, Malagueña, esta última para mi es una especie de fandango de Málaga).
Y los cantes de ida y vuelta, como la guajira, la vidalita, etc.
Más diversos cantes típicamente fiesteros, sevillanas (típicamente ternarias), jaleos, garrotín...
Me dejo unos cuantos, imposible ser exhaustivo.
Otra clasificación es por JONDURA, los hay más ligeros y más jondos, pero no son dos extremos, escuchando percibimos que hay variantes intermedias, o que a veces se canta por soleá y se sale por bulerías, por poner un ejemplo frecuente. Los jondos suelen tener letras muy tristes y de desgracias terribles, incluso si son males de amores.
Entre los más ligeros estarían las alegrías o los tanguillos, y entre los más jondos, la seguiriya, quizá el más, pero también la soleá o los tientos. Los fandangos son muy variados y tienen también bastante variación a este respecto. Las bulerías en ningún caso son un cante jondo, pero se mueven con soltura en un lugar intermedio.
Los compases ternarios como alegrías-bulerías-soleá-seguiriya, tienen bastantes conexiones, y en parte son como un enlentecimiento del compás desde el más ligero al más jondo, aunque también hay otras variaciones menos sencillas, que permiten distinguirlos. y no debemos pensar que el compás es un simple 3/4, a menudo hay que ver 4 grupos de 3 notas con sus peculiares acentos para marcar el compás como es debido en cada palo.
Algo similar, de más rápido a más lento, puede verse con tanguillos-tangos-tientos, e igualmente, a más lento, mayor jondura.
Todo esto es muy esquemático.
Luego hay peculiaridades de esto o aquello en ciertos cantes.
El martinete suele cantarse a capella, a veces acompañado por golpes lentos y rítmicos, solemnes, que puden ser en una mesa, acampanados, o simplemente no darse.
Las alegrías es costumbre (pero no obligado) que empiecen cantando un "tirititran", y no es raro que en algún momento se incluya alguna letrilla derivada de la más clásica en este palo, "a los títeres tocan". Esta la aprendí a los dos años de edad de mi madre, que es andaluza y gustaba de cantarla.
Y la seguiriya empieza casi siempre con una sucesión de muy dolientes ayes, aunque estos se pueden dar en otros cantes jondos, no es exclusivo.
Creo que el flamenco es un mundo musical en sí mismo, que al lego le puede parecer simple, por su aparente primitivismo en sus versiones más tradicionale,s peor en ningún caso lo es.
Tiene algunas reglas, muchas no escritas, y muchísimas variantes. Se aprende sobre todo escuchando mucho, muchísimo.
Ha habido bastantes tocaores muy grandes a lo largo del último siglo, que se les ha grabado, pero sin duda los hubo antes y no pudieron ser grabados.
De los cantantes hay más memoria escrita y grabada.
Recomiendo escuchar a los más "largos", aquellos que dominaron y cantaron magistralmente un gran número de palos. De quien más grabaciones hay disponibles en este sentido es de Camarón. De las que más y mejor se puede aprender es de las que hizo con Paco en los primeros '70, todas un lujo interpretativo en voz y guitarra.
Anteriores, Mairena, Marchena, Caracol, pero también la Niña de los Peines, y muchos más.
Actuales, José Mercé cuando canta por derecho (también saca discos más comerciales para comer, pero siempre canta bien, y sus martinetes, seguiriyas o malagueñas quitan el sentío), o Miguel Poveda para los cantes más ligeros (borda las alegrías). Lole Montoya cantaba muy bien las bulerías en los discos de Lole y Manuel de los '70.
En guitarristas más clásicos, pero relativamente bien grabados en su día, Sabicas o Niño Ricardo crearon mucha escuela.
Y en guitarristas modernos, hay que escuchar, por orden cronológico, todo lo que grabó Paco, con Camarón y también como solista.
Muy recomendables, y muy sabios, Sanlúcar, Amigo, Riqueni, Niño Josele, Dani de Morón, Antonio Rey... Y un chaval de veintitantos años que con 11 ya era un fenómeno, Amós Lora (su último disco se titula DADGAD, os recomiendo descubrirlo.
Ya, después de haber escuchado mucho y aprendido a distinguir los cantes, etc., puede ser el momento de meterse en mayor profundidad con la armonía, el libro de Granados enlazado en otro post está bien, y como verdadera profundización, el de Enrique Vargas (ver foto). El grupo de libros de Leiva está bastante bien para aprender los esquemas armónicos y rítmicos básicos, aunque es muy criticado pro algunos por no ser del todo claro. A mí sí me parece que lo es, en lo básico.
Desde chaval me fascinaba ver en la TV a Paco de Lucía cuando estalló su "Entre dos aguas", y fue uno de los culpables de que me comprasen un guitarra (los Beatles y Dylan, también...).
Debo llevar como 40 años estudiando poco a poco, y de forma intermitente, flamenco, no para tocarlo, que nunca seré capaz, más allá de llevar un poco el ritmo y tocar los acordes para acompañar los cantes fundamentales, no para tocarlo, digo (salvo para mi), sino para entenderlo, y por lo que me aporta al manejo de la guitarra y en sus conexiones con otras músicas.
Desde luego creo que, para entenderlo, lo primero es escucharlo bastante, lo segundo, ir aprendiendo a reconocer los cantes, pero CANTADOS, y luego ya ir viendo cómo los diferentes guitarristas, antiguos y modernos, han ido aplicando en la guitarra solista los distintos palos.
A todo el mundo le suelen decir que, para aprender a cantarlo, lo primero es cantar "detrás" (del baile), y luego ya ir aprendiendo a cantarlo como solista.
Yo diría que con la guitarra es un poco igual, en este caso aprender a tocarlo "detrás" del cante y del baile, y luego ya ir buscando cómo tocan los clásicos y los modernos, que vienen en buena medida de la revolución que se montó Paco de Lucía, y que saben a menudo bastante de música (recomiendo escuchar a gente como Rafael Riqueni o Vicente Amigo, o Niño Josele, etc.).
Para reconocer los cantes, a mi me sirvieron sobre todo dos aspectos, uno el compás, y otro los modismos de las letras y el estilo de interpretación vocal de cada uno.
No he encontrado en ningún sitio, en muchos años de estudio y escucha del flamenco, una clasificación sencilla y con un buen esquema, pero entre la "Memoria del Flamenco" de Félix Grande, que leí hace más de 40 años, y numerosas adiciones que he ido recogiendo poco a poco desde entonces (interesante el libro de Gamboa, también), acabé metiéndome poco a poco en la armonía.
Antes, mucho antes, aprendí a reconocer los principales palos, cantados.
Sin pretender ser exhaustivo, tendríamos los palos más arcaicos, como la toná, el polo, o el martinete, de los cuales devienen muchos de los posteriores.
Sin embargo, creo que es más fácil empezar por los grupos básicos actuales, y luego retrotraerse, creo que se entienden mejor así.
De todo lo que he leído y escuchado, me quedo con dos dicotomías que ayudan bastante a distinguirlos.
Una es por COMPÁS
Estarían los ternarios (los principales y más conocidos de este grupo serían las alegrías, con su variante de cantiñas, las bulerías, la soleá y la seguiriya; los pongo "por orden de menos a más jondura", luego lo explico).
Los cuaternarios más conocidos serían tangos, tientos y rumba.
Los fandangos son muy variados, según su origen, y tienen tiempos que no se cantan/tocan igual en todas partes, los más conocidos son los de Huelva, pero hay muchos más.
Luego están otros cantes, que a veces se denomina según su origen (mineras, granaína, Malagueña, esta última para mi es una especie de fandango de Málaga).
Y los cantes de ida y vuelta, como la guajira, la vidalita, etc.
Más diversos cantes típicamente fiesteros, sevillanas (típicamente ternarias), jaleos, garrotín...
Me dejo unos cuantos, imposible ser exhaustivo.
Otra clasificación es por JONDURA, los hay más ligeros y más jondos, pero no son dos extremos, escuchando percibimos que hay variantes intermedias, o que a veces se canta por soleá y se sale por bulerías, por poner un ejemplo frecuente. Los jondos suelen tener letras muy tristes y de desgracias terribles, incluso si son males de amores.
Entre los más ligeros estarían las alegrías o los tanguillos, y entre los más jondos, la seguiriya, quizá el más, pero también la soleá o los tientos. Los fandangos son muy variados y tienen también bastante variación a este respecto. Las bulerías en ningún caso son un cante jondo, pero se mueven con soltura en un lugar intermedio.
Los compases ternarios como alegrías-bulerías-soleá-seguiriya, tienen bastantes conexiones, y en parte son como un enlentecimiento del compás desde el más ligero al más jondo, aunque también hay otras variaciones menos sencillas, que permiten distinguirlos. y no debemos pensar que el compás es un simple 3/4, a menudo hay que ver 4 grupos de 3 notas con sus peculiares acentos para marcar el compás como es debido en cada palo.
Algo similar, de más rápido a más lento, puede verse con tanguillos-tangos-tientos, e igualmente, a más lento, mayor jondura.
Todo esto es muy esquemático.
Luego hay peculiaridades de esto o aquello en ciertos cantes.
El martinete suele cantarse a capella, a veces acompañado por golpes lentos y rítmicos, solemnes, que puden ser en una mesa, acampanados, o simplemente no darse.
Las alegrías es costumbre (pero no obligado) que empiecen cantando un "tirititran", y no es raro que en algún momento se incluya alguna letrilla derivada de la más clásica en este palo, "a los títeres tocan". Esta la aprendí a los dos años de edad de mi madre, que es andaluza y gustaba de cantarla.
Y la seguiriya empieza casi siempre con una sucesión de muy dolientes ayes, aunque estos se pueden dar en otros cantes jondos, no es exclusivo.
Creo que el flamenco es un mundo musical en sí mismo, que al lego le puede parecer simple, por su aparente primitivismo en sus versiones más tradicionale,s peor en ningún caso lo es.
Tiene algunas reglas, muchas no escritas, y muchísimas variantes. Se aprende sobre todo escuchando mucho, muchísimo.
Ha habido bastantes tocaores muy grandes a lo largo del último siglo, que se les ha grabado, pero sin duda los hubo antes y no pudieron ser grabados.
De los cantantes hay más memoria escrita y grabada.
Recomiendo escuchar a los más "largos", aquellos que dominaron y cantaron magistralmente un gran número de palos. De quien más grabaciones hay disponibles en este sentido es de Camarón. De las que más y mejor se puede aprender es de las que hizo con Paco en los primeros '70, todas un lujo interpretativo en voz y guitarra.
Anteriores, Mairena, Marchena, Caracol, pero también la Niña de los Peines, y muchos más.
Actuales, José Mercé cuando canta por derecho (también saca discos más comerciales para comer, pero siempre canta bien, y sus martinetes, seguiriyas o malagueñas quitan el sentío), o Miguel Poveda para los cantes más ligeros (borda las alegrías). Lole Montoya cantaba muy bien las bulerías en los discos de Lole y Manuel de los '70.
En guitarristas más clásicos, pero relativamente bien grabados en su día, Sabicas o Niño Ricardo crearon mucha escuela.
Y en guitarristas modernos, hay que escuchar, por orden cronológico, todo lo que grabó Paco, con Camarón y también como solista.
Muy recomendables, y muy sabios, Sanlúcar, Amigo, Riqueni, Niño Josele, Dani de Morón, Antonio Rey... Y un chaval de veintitantos años que con 11 ya era un fenómeno, Amós Lora (su último disco se titula DADGAD, os recomiendo descubrirlo.
Ya, después de haber escuchado mucho y aprendido a distinguir los cantes, etc., puede ser el momento de meterse en mayor profundidad con la armonía, el libro de Granados enlazado en otro post está bien, y como verdadera profundización, el de Enrique Vargas (ver foto). El grupo de libros de Leiva está bastante bien para aprender los esquemas armónicos y rítmicos básicos, aunque es muy criticado pro algunos por no ser del todo claro. A mí sí me parece que lo es, en lo básico.