#515 Efectivamente, la compraventa de segunda mano se puede distribuir en tres grandes grupos:
1- Guitarras dedicadas a la colección: Gamas muy altas, modelos poco habituales, ediciones muy limitadas, de dueños anteriores famosos, de añadas muy específicas etc. Normalmente con el paso del tiempo y una buena conservación su valor aumenta.
2- Guitarras de segunda mano: Aquí entran la inmensa mayoría de las guitarras del mercado de segunda mano, su precio se calcula en base a su estado, sus materiales de construcción, su gama, su año de fabricación (como dicen por ahí no es lo mismo una guitarra de hace muchos años que una guitarra vintage, y esto hay que saber diferenciarlo muy bien) etc.
3- Guitarras personalizadas: Las llamadas Partcasters (que no tienen por qué tener forma de stratocaster), guitarras hechas a imagen y semejanza de quien la va a tocar, formas colores, materiales, medidas, precios etc. La parte mala de esto es precisamente esa, la guitarra está pensada para un individuo concreto y mucho le tiene que gustar al posible comprador para pagar lo que normalmente piden por ese tipo de guitarras, la devaluación de ésta está casi garantizada.
Lo malo de todo es que muchos piensan que pertenecen al grupo 1 porque tienen una Epiphone Les Paul de 1996 con pastillas Gibson, y así va el mercado.
1- Guitarras dedicadas a la colección: Gamas muy altas, modelos poco habituales, ediciones muy limitadas, de dueños anteriores famosos, de añadas muy específicas etc. Normalmente con el paso del tiempo y una buena conservación su valor aumenta.
2- Guitarras de segunda mano: Aquí entran la inmensa mayoría de las guitarras del mercado de segunda mano, su precio se calcula en base a su estado, sus materiales de construcción, su gama, su año de fabricación (como dicen por ahí no es lo mismo una guitarra de hace muchos años que una guitarra vintage, y esto hay que saber diferenciarlo muy bien) etc.
3- Guitarras personalizadas: Las llamadas Partcasters (que no tienen por qué tener forma de stratocaster), guitarras hechas a imagen y semejanza de quien la va a tocar, formas colores, materiales, medidas, precios etc. La parte mala de esto es precisamente esa, la guitarra está pensada para un individuo concreto y mucho le tiene que gustar al posible comprador para pagar lo que normalmente piden por ese tipo de guitarras, la devaluación de ésta está casi garantizada.
Lo malo de todo es que muchos piensan que pertenecen al grupo 1 porque tienen una Epiphone Les Paul de 1996 con pastillas Gibson, y así va el mercado.