Bueno, pues qué tocar, qué puedo aportar a lo que está sonando haya dos o cinco guitarras o veinte pianos más o esté yo solo con un batería... ¿No es mala pregunta, verdad?
Por supuesto yo no sé la respuesta. Esto es una cuestión totalmente personal. ¿Qué puedo aportar para mejorar lo que hay? Aun así, te puedo contar un poco mi experiencia tocando con los cabrones y cabronas que tocan teclados, bombardinos, acordeones y demás que se apropian de tu octava favorita... ¡Malditos!
Ahora en serio. Vamos a ver un experimento que suelo hacer con niños. Somos cuatro y enfrente nuestro hay un piano de 88 teclas. Entonces sin instrucción ninguna, les digo. Toquemos... Y ya sabes, los niños se abalanzan sobre el piano, todos quieren tocar las mismas teclas, uno se queja de que el de al lado no le deja tocar, la otra quiere tocar los agudos pero está muy lejos, etc. El nivel de ruido empieza a ser muy molesto... Entonces interviene el adulto, etc. y da unos consignas. DIvidimos el piano en tantas partes y vemos que los graves hacen una línea de bajo, que los que están en medio hacen acordes, que los registros agudos hacen melodías, etc. Cuando está claro, hacemos otro ejercicio. ¿Qué toca el de al lado? Puedes dialogar con él? ¿Cómo suena el conjunto? Entonces, una oreja para mí y la otra para los demás. Además les indicas que vamos a tocar intentando expresar un sentimiento y qué antes de tocar te hagas la siguiente pregunta: ¿Tiene sentido que toque ahora? Sí decido tocar, ¿Qué voy a aportar?
A lo que vamos. El tema del registro es importante aquí. ¿En qué lado del piano toca cada uno? Si consideramos el grupo como un solo instrumento, como un piano, lo lógico es que cada instrumento coja un registro determinado y que no todos intenten tocar en el mismo sitio. Y si tocamos en el mismo sitio porque el problema ya no es con quién follas sino dónde, pues entonces lo mejor es intentar llevarte muy bien con aquel que comparte tus octavas y complementaros, quedar a parte del grupo y ensayar por separado para buscar líneas y formas en las que podáis compartir las mismas octavas. Pero así, como primera medida, es escuchar bien el resto de instrumentos y buscar un sitio del piano donde no se vean manos para poner tu bandera. Y entonces, cuando estés cómodo, pensar...¿Qué puedo tocar para mejorar lo que está sonando?
Otra idea: Guitarra solista/guitarra rítmica... Ummmmm....No no no
El que inventó estos conceptos, podía haber sido mi ex, se ve que le gustaba mucho dejar totalmente separada su comida en el plato: el arroz a un ladito, al otro las judias para que no se toquen, en medio la carne, ladeada a la izquierda. Luego me lo como en un estricto orden... Joder, de verdad. Una paella, con todo mezcladito, es una metáfora del mismo infierno. ¿No la podían hacer igual pero separando los ingredientes? Así cada uno se come lo que le gusta y deja lo demás. Creo que el señor Ford debía ser uno de estos... tanto que inventó la cadena de montaje.
Otra idea, a menos que no quieras hacer un muro de sonido, es no ser redundante. Si el bajo toca la tónica en una línea, y el teclado igual... Ummm, quizá sería bueno no tocar la tónica... Pensemos en un superacorde formado por siete notas. Por ejemplo, un bonito dominante como un Do13. Mola mucho que este acorde esté tocado por tres instrumentos y cada uno toque distintos intervalos. El bajo la tónica, el piano la tercera, la quinta y la novena y la guitarra la cuarta, la sexta y la séptima. Por poner un ejemplo un poco tonto... Pero me recuerda a la forma en que los coros hacen acordes. De verdad que escuchar música coral llamada "clásica"... Motzar y todo esto, no tiene precio.
Otra idea, busca los contrastes. Por ejemplo articulando. Si un instrumento decide dejar acordes muy largos para dar un colchón armónico a la melodía, yo puedo hacer un contrapunto con notas muteadas y muy cortitas para aportar también cadencia rítmica. Lo mismo con los efectos: un phaser contra un trémolo, una reverb frente a un sonido seco... También, por ejemplo, si el teclado está haciendo un riff, yo puedo contrastar los bajos y subrayarlos y unirme al tándem bajo-batería, o quizá, ese riff necesite una contramelodía, quizá deje un espacio para poder hacer una pregunta que nos transporte a los siguientes compases o cerrar el Riff con una respuesta contundente.
Algo también muy importante y que ya han apuntado los compañeros. Escuchar y transcribir temas. La mejor escuela del mundo. El niño imita, prueba como funciona la imitación y luego la trasciende para hacerla suya o la rechaza. Imita, analiza y trasciende, es decir, no te limites a copiar. La música es un lenguaje. En algún momento vas a tener que hacer tus propias frases.
Y solo desearte suerte con tu grupo y recomendarte que la música que crees o que interpretes esté teñida de tu imaginario.