Yo pienso que es cuestión de tiempo que el amplificador valvular quede relegado a un segmento muy reducido de músicos fetichistas, las razones son dos, primero que la calidad de la tecnología digital crece a un ritmo exponencial, de hecho, ya hoy día, en el segmento alto ya da una calidad que compite con las válvulas, músicos de reconocido prestigio y que pueden tocar con lo que quieran se han pasado al digital (Metallica, Marnofler, John Mayer .... Hay hasta quien dice que hoy día, todo el metal se graba en digital).
La segunda razón es que, como todo lo digital, su precio se reduce igualmente de forma exponencial, lo vemos en ordenadores, teléfonos, tablets, etc y en un tiempo no muy lejano, tengamos alta calidad a precios muy, pero que muy competitivos.
Cuando por menos de una cuarta parte del precio y una décima parte de las molestias (peso, mantenimiento, etc) tienes prácticamente lo mismo ... Pues eso, que se quedará para fetichistas y gente muy purista.
Es más, esto es una opinión personal sacada de mi propia experiencia y puedo estar equivocado, pero pienso que algunos de los que aseguran que nada se compara a la válvula no pasarían un test a ciegas, y muchos de los que defienden aún la válvula es porque se gastaron lo que no está escrito en un super amplificador pensando que se mantendría su precio como en los últimos 50 años y no les gusta que eso no pase.
Saludos.
Esto es como el niño del sexto sentido... sólo veo muertos. Hay más oferta valvular a día de hoy que en cualquier otro periodo de la historia de la guitarra eléctrica. Sí, incluso que antes de la salida del transistor (que no había otra cosa) y a precios asequibles.
Lo que resulta paradójico es que dentro de todo este predominio digital hay un mercado premium que vaya para arriba. Obviamente las generaciones de baby boomers ya tienen sus años y poder adquisitivo. Pero es el único público?
Friedman puede ser un caso paradigmático. Se ha convertido en una marca casi icónica en una época en la que no se escucha rock y se supone que prima lo digital, haciendo precisamente"máquinas de rock". Pero detrás hay todo un "pelotón" de marcas premium de corte más bien clásico de "nueva" ola que conviven con lo digital: los morgan, Dr Z, two rock, tone king, etc. O el intento de revitalizar marcas con pedigree como magnatone o supro, recientemente o la propia VOX
Con los pedales, parecido.
Yo no creo que se reduzca tanto a puristas de tono o no. Hoy en día hay opciones valvulares de pequeño tamaño y más manejables que suenan muy bien y a buen precio, muchos siendo bastante versátiles. Sin embargo modeling a bajo precio no hay tanta oferta de esa calidad yo creo.
Otra cosa ya es a precios más elevados. Poca gente puede utilizar un MArshall Plexi o un Ac30 al volumen que se necesita, y si hay modeling por esos precios que son una pasada y más versátiles y controlables. Alguien que se compra un JTM45 si puede ser un purista, porque poco uso le vas a poder dar en conciertos en salas porque te lo microfonean y no puedes pasarlo de volumen, y en casa ni te cuento. Pero un ampli a valvulas ppequeño suena bien en casa, es manejable, muchos llegan para bolos y ensayos y me parecen una gran opción.
Convivirán como clásicos, igual que seguimos con guitarras españolas y flamencas, pero el mercado profesional y la vanguardia musical va a digital 100% modelado clásico y efectos modernos.
Pero vamos que habrá de todo, eso sí, viejos. La contradicción del rock es que ya no es nada joven sino viejo y como clásico no deja de tener menos nivel que otros.
Yo creo que en un futuro ya cercano, los amplificadores clásicos a válvulas, de uso común, van a quedar un poco como piezas de coleccionista. Los compararía en cierto modo a los "muscle cars" americanos con sus enormes motoracos, que molan mucho, pero que, por precio, tecnologia, legislacion, consumos, repuestos etc. son inviables para un uso normal y diario.
Ademas cada vez es mas difícil encontrar técnicos expertos en este tipo de tecnología. No hay que olvidar que las válvulas son un elemento de la edad de piedra de la electrónica, que ya no se estudia en la asignatura ni como curiosidad.