El dueño lo prueba y efectivamente va perfecto.
Cuando pasa por caja le dicen: son 300€. Incrédulo, se indigna y hace llamar al mecánico. Después de escuchar sus quejas, le responde: mire, apretar el tornillo es gratis. Lo que le cobro es por saber el tornillo que hay que apretar.
Ese saber, también se paga en las guitarras exclusivas. Sean del tipo que sea. Tratar una guitarra exclusiva solo por la oferta y la demanda, es una simplificación no del todo correcta. Si con las eléctricas alguien no lo ve claro, que piense en acústicas , clásicas o instrumentos que no vayan con pastillas ni sistemas de amplificación.
Si fuese tan fácil como ver unos tutoriales del youtube y media docena de hilos del foro, todos haríamos unas guitarras cojonudas con una mano en cada huevo. Y eso no ocurre.
El saber será un intangible. Pero sí tiene un valor. Y eso hay que pagarlo. Los procesos industriales reducen ese coste por unidad. Los fabricantes no son ingenuos. Son prácticos. Segmentan precios y calidades para llegar a todos los clientes posibles.
Cualquiera puede gastarse hoy 6.000 pavos en una R9 de trinca. Otra cosa es que no quieras, no lo veas justificado por lo que sea o no te de la gana hacer el esfuerzo de ganar esos 6.000 y darte el capricho.
La madera influye. Y mucho. Pero otras cosas que no contamos como la capacidad de auto-engañarse de cada cual, y ponerse excusas, también cuentan. Pero no suele gustar reconocerlo.