Hola,
Estoy de acuerdo con Linux. Primero viene la música y después la teoría.
Puedes probar a “tararear” una melodía y si te gusta, buscarle los acordes. Juega con la guitarra, busca una pequeña idea y desarróllala, pero desde el oído.
A veces tendrás claro desde el principio a dónde quieres llegar. Otras veces irás encontrando la canción por el camino. La teoría debe servirte para sacar lo que tienes en la cabeza más rápido, pero no para hacer canciones.
Y cada vez que empieces una canción TERMÍNALA. Aunque no te guste. Como con todo, se mejora con la práctica.
Un saludo y keep on rockin’!!!
Los compañeros tienen razón. Primero se compone la base. Luego se piensa y se hacen arreglos. Pero el tema tiene que sonar primero en tu cabeza. Es arte, no matemáticas.
Aunque parezca muy zen, hay que saberlo todo para luego olvidarlo a la hora de componer.
Transmite a la guitarra lo que tienes en la cabeza, sin pensar en lo que haces. Luego analizarás, y a veces descubrirás sorprendido que has empleado incluso acordes de fuera de la tonalidad. Y ahí, cuando todo suena, es cuando puedes usar tus conocimientos si fuera necesario para hacer arreglos, tensiones, inversiones, sustituir, añadir, lo que te pida el estilo que quieras darle.
Exacto. Sería como intentar escribir una novela solo para utilitzar palabras complejas, sin un argumento a desarrollar.
Exacto. Sería como intentar escribir una novela solo para utilitzar palabras complejas, sin un argumento a desarrollar.
Pues ya hemos caído en la trampa y estamos intentando imaginar la música sólo con tu descripción "no hay coherencia", "desprolijo"...
Llamarme antiguo pero cualquier análisis nuestro debería ser posterior a escuchar el tema.
Fácil, Toma la progresión de una canción que ya exista y le tocas otra cosa encima.
puedes tomar unas clases con algún profesor de harmonía que te guíe en tus composiciones y te explique el porqué te suenan las cosas así
¿Qué tal si te grabas un mp3 y lo envías por aquí? Así te podremos decir que vemos raro y darte un consejo más acertado
Desde lo sencillo. Empezar con una batería marcando el tempo. Añadir un bajo marcando las tónicas. Unos acordes de guitarra que sigan al bajo, y por último una melodía, que puede ser vocal o guitarrística. Las mejores canciones son como puzzles, cuyas piezas son sencillas pero al encajarse forman cosas complejas.