Yo soy un eterno novato. Vamos, que hace unos 15 años que toco la guitarra, pero como guitarrista soy bastante limitado (no he sido nunca de dedicar horas a prácticar y mejorar mi técnica), y todavía poseo únicamente mi primera guitarra: una Washburn PS-100 de 100.000 pesetas (para los más jóvenes, 600€).
Quiero adquirir en breve mi segunda guitarra, y estoy emperrado en que sea una con diseño LP. Pero me niego rotundamente a gastarme 2500€ o más en una guitarra, y las Gibson LP Studio no me entran por los ojos. Por ese motivo quiero un “sucedáneo”.
En este mismo foro me propusieron que mirara las Tokai. La verdad es que no he conseguido probar ninguna (en las tiendas que conozco y tengo cerca, no suelen tener este tipo de guitarras disponibles para probar), así que tengo que confiar en los comentarios de desconocidos en foros y en “demos” que hay en YouTube.
Cada vez que entro en un hilo sobre Tokai, me encuentro con que se empieza a discutir sobre el sexo de los ángeles. ¿Es mejor una Tokai o una Gibson? ¿Es mejor un Toyota o un BMW? ¿Es mejor el vino frances o el vino español?
Para mí, sería mejor pregunta:
¿es mejor una Tokai de 1000€ o una Gibson de 1000€? ¿Y una Tokai de 2500€ o una Gibson de 2500€? Lo suyo es comparar modelos de similar precio.
He leído muchos comentarios sobre Tokais de 1200€ que hacen sombra a Gibson de 2500€. A continuación, los defensores de la marca americana alegan que la Gibson de 2500€ están lacadas con no se qué material de mayor calidad, que están encoladas con polvo de cuerno de unicornio y otros detalles que supuestamente influyen en el tono. Evidentemente tiene que ser mejor la Gibson que una Tokai que cuesta la mitad…o eso o los compradores de Gibson son simplemente estúpidos.
La cuestión es que quizás esa mejora de una Gibson de 2500€ sobre una Tokai de 1200€ sea absolutamente inapreciable para la mayoría de los mortales, y que absolutamente justificable que muchos guitarristas consideren esa diferencia de calidad como irrelevante. Sin embargo, un guitarrista profesional que graba discos en estudio, o toca en escenarios perfectamente sonorizados o en teatros y que quiere un sonido perfecto, puede estar dispuesto a buscar la perfección pagando mucho dinero por pequeños detalles.
Por analogías. La diferencia entre un vino tinto de 1.5€ a uno de 3€ es abismal. Si pasamos de uno de 3€ a uno de 6€, también se nota bastante la diferencia. Quien no es aficionado al vino, prácticamente no notará la mejoría de un vino de 6€ a uno de 12€. ¿Es mejor un vino frances de 100€ que uno español de 30€? Seguramente sí, y un enólogo te lo podrá argumentar más o menos bien.
Pero aún así, es probable que muchos aficionados al vino con conocimientos medios encontrarán al vino español de 30€ igual de bueno que el francés de 100€, y nadie en su sano juicio serviría un vino de 100€ en una cena de amigos con vasos de plástico y acompañando con cacahuetes, a no ser que lo haga por presumir.
Buff... menudo ladrillaco!