pep frias escribió:
La música popular no tiene autor ni nadie que obtenga un beneficio económico de su explotación industrial. La jota o el blues o el flamenco no fueron creados por nadie en concreto ni por el esfuerzo o sacrificio de nadie. Lo crearon durante generaciones cientos de personas sin ninguna conciencia de estar creando nada. Entre ellos, estoy seguro, había vagos, gorrones y vividores.
Voy a obviar el patinazo de Reverte.
Pep, la música tiene autor, lo conozcas o no. Los estilos no se crean por generación espontanea, los crean personas. La jota, el blues y el flamenco los crearon personas, los hicieron evolucionar personas, los hicieron populares personas. Con esfuerzo y sacrificio, oficio y dinero por medio. Con conciencia de estar creando, y modificando. Vaya que sí. Por que era su oficio. Y como en todos los oficios habrá vagos, pero es que estás hablando de arte como el que habla de memes culturales. ¿Podrías decir lo mismo de la arquitectura? Claro, no es lo mismo ser oficial de tercera que arquitecto, pero claro que hay personas detrás creando y viviendo de ello. Y muchísimas veces la obra trasciende a su autor, que pasa al anonimato.
Pues oye, los guitarristas de dormitorio (como lo hemos sido todos) que nunca han vivido de ser músicos y no conocen a músicos de oficio, pueden afirmar lo que estás afirmando tú (incluso se afirma sin pudor desde cátedras de universidad, con dos cojones). Pero para los que hemos vivido de esto, hemos compartido oficio con gente que toda su familia son músicos profesionales desde muchas generaciones anteriores, tenemos también familiares vivos en este mundo y varios también que ya se fueron (y que vivían de tocar y componer jotas, por ejemplo). Pues lo que estás planteando es un punto de vista estrictamente académico, alejado de la realidad y muy cabrón, porque asigna a un movimiento social los logros de personas concretas, solo porque están en el anonimato.
Por eso contesto a tus argumentos, no porque tenga que "ganar" nada usando ningún arte, ni buscando la confusión.