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Los calificados como haters de Rosalía/ Srta.Vila lo tenemos claro. Parte de sus fans (de pago o no) , tienen su propia visión del universo Rosalía.
Yo creo que somos esclavos de nuestro tiempo, de nuestras generaciones.
Y es pronto para determinar el alcance del impacto de Rosalía desde el punto de vista del devenir de la historia. En todo caso, lo hablamos dentro de 10 años.
Sólo hay que ver a los chavales que están empezando sus carreras musicales, en proyectos de trap, latin y músicas urbanas, que están clarísimamente influenciados por Rosalía y similares. Son generaciones que viven su realidad, que tienen sus indentidades culturales, como todos hemos tenido. Y las suyas son tan válidas como las nuestras, aunque le pese a muchos.
Es notable la influencia que Rosalía, junto con otros de su estilo, ejercen en las nuevas generaciones. Que nos guste más o menos a título individual, es otro debate que en mi opinión carece de relevancia. Me importa un carajo si te gusta Deep Purple, Kanye West o el arroz a la cubana.
La gente no es tan borrega como nos pensamos: y en caso de que lo sean, no lo son más que nosotros mismos.
Pretender desligar en Rosalía su música de su imagen y "artificios" (como creo que alguien ha denominado en el hilo), no solo es un error, también es imposible. Rosalía, sus canciones, su imagen y TikTok es todo uno: el mismo concepto artístico.
Porque Rosalía es cultura Pop. Es una artista que está haciendo negocio con las patologías de la época en la que vivimos. Pero eh... lo hizo Bowie, lo hizo Michael Jackson, lo hizo Warhol, lo hizo Prince y un casi infinito etcétera... ¿qué habría hecho Bowie si hubieran existido las Redes Sociales en los 70? no me lo quiero ni imaginar.
Es normal que no os guste Rosalía. Es bueno que no os guste, porque está en su ADN romper generacionalmente con vuestros gustos y crear esto: discrepancias culturales. Es otra época. Rosalía es un síntoma.
Cuando alguien enarbola el argumento de "es que Pink Floyd hacían buena música y desde entonces todo es cuesta abajo", siempre pienso que por esa regla de tres, Pink Floyd, para alguien de generaciones previas, no era Claude Debussy, y le parecería que el rock y sus derivadas era una debacle musical sin sentido.
Cuidado con lo que criticamos, que formamos parte todos del mismo sistema cultural cambiante. A mi abuelo, el rock sinfónico de los Floyd que escuchaba mi padre le parecía un ruido insoportable.
Somos el resultado de nuestro tiempo, de nuestra cultura. Un buen ejercicio consiste en tratar de entender qué procesos sociales y generacionales dan pie a esto; sin prejuicios, sin juicios de valor, sin ningunear. Poniéndonos en un espejo a nosotros mismos y entendiendo por qué nosotros tenemos nuestros gustos.
Escribo esto mientras escucho Amarok, de Mike Oldfield, y pienso en lo fascinante que es el cambio constante del concepto del arte en nuestra sociedad.
Salud!
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El bacalao, al pil pil o a la vizcaína.
