Yo acuso a los dos principales partidos de este país de haber mantenido y seguir manteniendo una injusta Ley Hipotecaria que provoca la muerte civil en vida de aquellos que son desahuciados.
Acuso la ridiculez y la escasa o nula talla moral de los politiquillos que ahora, tras varias muertes y un inmenso clamor social, les ha entrado prisa por hacer algo y se les empieza a llenar la boca de soflamas antidesahucios. ¿Por qué no lo hicisteis antes? ¿Os lo digo yo? Porque os importa una mierda.
Acuso a la clase política de mirar hacia otro lado hasta el punto de que han tenido que ser los en última instancia verdugos ejecutores de los desahucios, los propios jueces a través de sus asociaciones los que, escandalizados ante el tremendo drama social que diariamente viven y cansados de actuar de oficina gratuita de lanzamientos para los bancos, han pegado el puñetazo en la mesa y alzado la voz.
Acuso a los bancos, cajas y clase política de darles igual los suicidios. Todos los días se produce alguno por causa directa o indirecta de desahucio y ninguno de ellos se preocupa lo más mínimo.
Yo acuso a los bancos de la inmoralidad que supone mantener vacíos por lanzamiento hipotecario miles de viviendas de protección oficial mientras las familias se quedan en la calle.
Acuso a la CAM, ahora a través de Banco Sabadell, a Bankia, a Caixabank, a Cajasur, ahora a través de la Kutxa, al BBVA y al Santander de ser las entidades más crueles en las ejecuciones hipotecarias, negándose de manera sistemática a cualquier tipo de negociación o aplazamiento.
Acuso a la clase política dirigente de llenar de dinero público los bolsillos de los bancos en detrimento de políticas sociales. Los mismos bancos que lanzan a la calle a los ciudadanos que con sus impuestos han colaborado en el rescate financiero. Los mismos bancos que condonan sin muchos prejuicios las deudas de los principales partidos políticos.
Acuso personalmente a Zapatero de haberse puesto de rodillas ante el poder financiero. A la pregunta de si consideraría posible la dación en pago, la respuesta fue contundente: “No, porque perjudicaría al sistema financiero” A partir de esa renuncia absoluta a intervenir en el mayor drama social de los últimos años los tiburones de la banca se han dado el festín: Más de un millón de personas desahuciadas, deudoras del banco de por vida. Rajoy se ha arrodillado más aún.
Acuso al banco de que Noelia, de Oviedo, haya acabado pidiendo y durmiendo por las calles de Pontevedra, a donde se fue por la vergüenza de que la vieran así en su propia ciudad. Resulta conmovedor comprobar que los pobres tienen más vergüenza que los financieros que los aplastan y que los políticos que los dirigen.
Yo acuso a Caja Rural de provocar la muerte por ahorcamiento de José Miguel Domingo, kioskero de Granada, de 54 años.
Acuso a La Caixa de ser directamente responsable de extorsionar hasta provocar la muerte por suicidio de Amaia Egañe, de 53 años, en Barakaldo.
Y acuso, por último, que me gustaría que vosotros, que habéis leído esto, tomarais acuse de recibo y utilizarais los medios de que dispongáis para acusar la injusticia que vivimos: La tragedia de unas personas que firmaron un contrato antes de que el gobierno que los representa decidiera rescatar a su banco, imponiéndoles unos atroces recortes que las han empobrecido hasta ponerlas de rodillas, de por vida, ante su propio banco.