francofff escribió:¿Se podría considerar al humor como un tema delicado de raíz?
No debería ser, pero lamentablemente lo es.
Entonces vuelvo al tema de partida. ¿donde ponemos el límite?
Rius escribió:Fácil me lo pones. Si mi humor te parece aberrante, no te imaginas lo bestia que puedo llegar a ser con conocidos.¿Pero por qué esta fuera de lugar? Pues repito: para los que tengais novia/compañera/mujer/amiga/amante con un pelín de amor propio, intentad soltadlo en el mejor de los contextos, a ver los malabarimos que os cuesta recuperar el estatus inicial antes de haber lanzado la perla.
Mi mujer me conoce bien, y sabe como pienso. A ella puedo decirle cosas mucho más burras que que eso. Por eso sabe cuando no hablo en serio, y lo hago en broma.
Resumo mis argumentos: el humor no es serio.
Y por ello, no debe tomarse en serio.
Que cuentes un chiste de negros, no significa que no estés totalmente en contra del racismo. Que cuentes un chiste de gays, no significa que seas homófobo. Que cuentes un chiste de putas, no significa que estes de acuerdo con la prostitución, ni mucho menos que acudas a ella. Y puedes contar chistes de vascos, cuando tienes grandes amigos y familia vasca. Y resulta que tienes un gran amigo que además es gay. Y resulta que el cantante de tu grupo es negro. Que son datos que ni siquiera te planteas para decidir si es buen amigo o buen cantante.
El humor no tiene por que ser políticamente correcto. Y que digas tremendas barbaridades y te rias con ello, no significa que seas un monstruo, o que pienses en ello como algo verídico.
Es más, en un momento dado, hasta podemos darle la vuelta, y podemos reirnos de lo absurdo que puede llegar a ser un chiste políticamente correcto.
- Se encuentran en un ascensor un catalán, un vasco y un gallego. Se saludan educadamente y cada uno se baja en su piso.
- Perdone caballero ¿ha visto a Mistetas?-No señora, pero debería cambiarle el nombre al perro, porque se presta a confusión.
-Esto son dos amigos que deciden ir a un puticlub... pero al final no. Porque eso degrada a la mujer.
- Se abre el telón. Aparecen unos gitanos y se llevan el telón. Lo restauran y lo devuelven como nuevo.
- ¿Cuantos bajistas hacen falta para cambiar una bombilla? Uno.